Lecciones del ayer
El de sentirse superior a ellas en todos, absolutamente todos los aspectos de la vida, es un pecado que cada nueva generación suele cometer respecto a las anteriores. Con una altivez que tiene mucho de ignorante solemos considerarnos más listos y preparados que los que nos precedieron, y esos nos lleva a despreciar su obra y lo que, en su momento, aportaron a la Humanidad. Cuando esa obra, además, tiene unos cuantos siglos de existencia a sus espaldas, entonces nuestra mirada se vuelve un poco perdonavidas y condescendiente. Esa actitud, ya lo hemos apuntado, tiene un mucho de ignorante. Por ejemplo, desde nuestro punto de vista actual, desde nuestro tiempo de vacunas maravillosas y aparatos de TAC que exploran hasta el más pequeño rincón de nuestro cuerpo, el uso de sanguijuelas con fines médicos nos parece una especie de brujería, pero olvidamos que la medicina no avanza sino gracias al avance constante, a la combinación de errores y aciertos, y el uso de sanguijuelas (que también tuvo sus aciertos) forma parte de ese camino que lleva desde el coser en vivo hasta la microcirugía cerebral.
Eso mismo nos sucede con un libro que, pese a ser citado en más de una ocasión, ha pasado a formar parte más de nuestros chascarrillos y nuestras bromas relativas a lo sexual que de nuestra verdadera cultura erótica. En los tiempos en que podemos comprar por internet cualquier tipo de juguete erótico, desde unas bolas tailandesas a un vibrador hi-tech, el Kama Sutra nos parece un poco como el librito aquél que nos habla de cómo se lo montaban los antepasados de los indios. Una vez más, pecamos de ignorantes al pensar de ese modo. Y de vez en cuando alguien debe recordárnoslo. En esta ocasión, la Pepita Grillo de nuestra ignorancia es una famosa experta en cultura india de la Universidad de Chicago, Wendy Doniger.
Redeeming the Kamasutra
Doniger, nacida en Nueva York en 1940, ha adquirido un acreditado prestigio internacional gracias a su trabajo. Éste se ha centrado, fundamentalmente, en la traducción, interpretación y comparación de los diferentes elementos de la mitología hindú y en su relación con diferentes aspectos como pueden ser la sexualidad, el género o la identidad sexual. Este enfoque le ha valido múltiples críticas desde los sectores más tradicionales de la cultura hindú, que la han acusado de ser poco respetuosa con el hinduismo y de sexualizar algunos de los pasajes más sagrados del hinduismo.
Entre las obras de Wendy Doniger hay que destacar Redeeming the Kamasutra. En dicha obra, Dongier reivindica los valores del Kama Sutra y defiende que la aplicación de sus principios puede ser muy útil en la vida moderna. Por ejemplo: el Kama Sutra, sostiene Wendy Doniger, es un libro mucho más feminista de lo que una persona desinformada sobre los contenidos del mismo podría pensar. El Kama Sutra, sostiene Doniger, refleja en más de uno de sus pasajes los intereses de las mujeres. El Kama Sutra, sin ir más lejos, propone que las mujeres abandonen a sus maridos cuando no sean bien tratadas por él. Y defiende el placer femenino como parte esencial del arte sexual. Y propone métodos y posturas para que dicho placer se haga efectivo. Y desliga el sexo de la obligatoriedad reproductora. Estas ideas, que actualmente podría firmar cualquier persona de mentalidad abierta y avanzada en cualquier sociedad occidental, ya figuraban recogidas en un libro que fue escrito hace varios centenares de años en la Antigua India.
Al defender la valía del Kama Sutra y reivindicar los valores recogidos en él, Wendy Doniger destaca algo que podría parecer paradójico: el Kama Sutra es, en muchos aspectos, y pese a su “ancianidad”, una obra mucho más liberal que la conservadora sociedad india actual. Para empezar, el Kama Sutra desprecia en sistema de castas. Para Vatsyayana, autor del Kama Sutra, el sistema de castas es irrelevante.
La estrategia del cortejo
Otros de los aspectos destacados por Wendy Doniger sobre la valía actual del Kama Sutra es el referente a los modelos de cortejo propuestos en la celebérrima obra india. Leyendo el Kama Sutra podemos contemplar cómo los modelos de cortejo propuestos por Vatsyayana tienen mucho en común con los modelos de cortejo existentes en la actualidad. En unos y en otros existen similares principios rectores de las estrategias de acercamiento. Hacer notar la propia presencia a la otra persona de una manera sutil y cortés sería uno de esos principios rectores.
Teniendo en cuenta todo esto, y asumiendo que nuestros abuelos pueden ser más sabios y más listos de lo que en principio pensamos, hay que plantearse si no ha llegado ya el momento de acercarnos al Kama Sutra con una mentalidad mucho más abierta y respetuosa. Quizás si dejamos de verlo como una excentricidad con olor a desván y museo podamos extraer de él alguna que otra lección que, aprendida e interiorizada, pueda servirnos para mejorar nuestra vida. Ése, después de todo no es mal objetivo para convencernos de la necesidad de tomarnos el Kama Sutra como una de las grandes obras de la Historia y, por tanto, como un libro de ineludible lectura.