El rey de los vibradores
¿Cuál es el vibrador más recomendable para el gozo femenino? La discusión siempre está abierta. Y en la discusión, como sucede con tantas otras en la vida, se esgrimen argumentos que acostumbran más a tener con los gustos que con la razón. Pero cuando hablamos de juguetes eróticos la razón, más que nunca, reside en el gusto. Y es que el gusto es la razón de ser de un vibrador. El gustito que sienta la usuaria al utilizarlo. El placer que pueda extraer de él. Y a ese respecto, son muchas las mujeres que opinan que el vibrador que les proporciona más gustito es el vibrador rabbit, de conejito o rampante.
La industria del juguete erótico no cesa de buscar nuevos diseños ergonómicos para sus juguetes, pero el clásico vibrador rampante sigue haciendo las delicias de aquellas mujeres que buscan un juguete erótico que estimule de manera conveniente y al unísono aquellas zonas de su anatomía más sensibles a la excitación sexual.
El vibrador rabbit es originario del Japón. En el país nipón, donde no se podían utilizar formas fálicas, empezaron a dar formas de animales a muchos de sus juguetes sexuales. Entre todos esos animales, ha sido el conejo el que ha triunfado. Sus orejitas han resultado muy útiles para la estimulación femenina. No en vano, son ellas las encargadas de estimular el que es el responsable máximo del orgasmo femenino: el clítoris.
La estimulación del clítoris combinada con la de la vagina es una garantía de placer para la mujer, que encuentra en el conejo vibrador un juguete muy versátil. De hecho, si el vibrador rampante se coge firmemente (nunca debe utilizarse sin sujetarlo con firmeza, sin demostrarle claramente quién es quién lo domina y quién manda en él) puede servir para estimular, también, el punto G.
Pese a existir múltiples modelos de vibrador rampante, la mayor parte de ellos basan su funcionamiento en un principio fundamental: que el conejito y el eje del vibrador puedan presentar vibraciones independientes que puedan ser graduadas por la usuaria.
Vibración al gusto
Cada persona, pues, puede utilizar aquella vibración que mejor se adapte a su gusto. Lo ideal, sin embargo, es experimentar entre las diferentes posibilidades de vibración que ofrece el vibrador rabbit (rápida e intensa o lenta y suave) para, así, descubrir los diferentes tipos de sensación que estas maravillas pueden proporcionar.
Para experimentar con las vibraciones del vibrador rampante hay algo que puede resultar muy útil y es utilizar algo de lubricante para lubricar el clítoris. El clítoris, lo sabemos, es un apéndice muy sensible, y su estimulación sin lubricante podría resultar molesto, e incluso doloroso, para muchas mujeres.
Una vez lubricado el clítoris, la mujer puede experimentar qué siente al acariciar con el conejito rampante (que también debería ser lubricado) tanto el clítoris como los labios vaginales. Mientras hace esto, la mujer debe resistir la tentación de introducir el eje del vibrador rampante en la vagina. Seguro que ese leve recorrido de la punta del vibrador rabbit por el clítoris y los labios vaginales hace que en la vagina empiecen a volverse más intensas las ansias de que el juguete erótico se introduzca en ella. Pero hay que saber esperar. Si se sabe jugar con esa espera, el placer será mayor una vez que el eje del conejo rampante penetre en la vagina.
Cuando lo haga, cuando se introduzca en ella, el vibrador rampante deberá hacerlo de manera que las orejas del conejito vibrador actúen directamente sobre el clítoris. Encerrado entre ellas, este maravilloso botoncito en el que residen gran parte de las posibilidades femeninas de alcanzar el éxtasis debe estremecerse de placer al recibir la vibración del divino aparato. Ésta será aquélla que la mujer haya elegido de entre la variada gama de patrones de vibración que suelen ofrecer estos vibradores y deberá combinarse con la que el eje realice en el interior de la vagina. La vibración del eje del vibrador rampante puede seguir la pauta del martillo (empujando arriba y abajo), la de la rotación continuada en el mismo sentido o la de las rotaciones alternas hacia un lado y hacia otro. Por haber, hasta hay vibradores rabbit que se iluminan. Éstos pueden aportar sin duda un componente muy festivo a la masturbación o al juego en pareja. Y lo lúdico, ya sabemos, le va muy bien al sexo.