Técnicas para retrasar el orgasmo
La mayor parte de las parejas desean por encima de todo prologar y aumentar en la medida de lo posible la excitación que se produce en la realización de los masajes eróticos y amorosos. Acabar pronto los mismos por la llegada intempestiva del orgasmo deja en la boca un regusto a fracaso. Los hombres buscan prolongar su excitación para, así, poder proporcionar a la mujer el mayor placer posible.
En esta página intentamos poner a tu disposición herramientas sencillas para que puedas conseguirlo. Como hemos recalcado en más de una ocasión, debes atender, en primer lugar, a tu respiración. El desarrollo de una respiración lenta y profunda es fundamental para que puedas incrementar y prologar esa fase del placer cercana al éxtasis orgásmico. Sin ese control de la respiración te resultará muy difícil concentrarte en tus sensaciones y aprender a ir hacia arriba o hacia abajo en el ciclo de tu excitación.
Al relajar los músculos de mayor tamaño (muslos, glúteos o abdomen, por ejemplo) puedes conseguir una mayor energía erótica. Eso te permitirá tensar los músculos que necesitas para eyacular. Puede parecerte contraproducente que la excitación se prolongue en ese estado en el que el músculo grande está relajado, pero el Tantra nos enseña algo fundamental: la técnica milenaria que permite cultivar y distribuir la energía erótica desde los genitales hacia todo el cuerpo. Aprender a reconocer las tensiones del mismo y liberarse de la rutina son caminos que hay que recorrer hasta llegar a ese punto en el que somos capaces de “durar más tiempo” mientras hacemos el amor o gozamos de una masaje erótico completo.
La masturbación no debe ser algo apresurado y casi animal, algo que sólo busque la eyaculación apresurada. Debemos hacer de esta práctica sexual algo consciente. El pene debe volverse sensible a las más variadas maneras de tocarse. Debemos dedicar a la masturbación más tiempo para educar a nuestros genitales. Si un hombre se toma sólo unos minutos para pajearse y permanece fijo en un tipo de masturbación que lleve rápidamente al orgasmo, es fácil que asimile ese patrón de excitación y finalización de la misma cuando mantenga una relación sexual con su pareja. Si lo hace así, lo más probable es que su pareja quede insatisfecha sexualmente de la relación.
Músculo PC
El músculo PC (pubococcígeo) es el músculo que, situado en nuestra zona pélvica, nos permite, al contraerse, detener el flujo de la orina. Si este músculo se ejercita diariamente, se fortalecen las erecciones, se hacen durar más tiempo y se consigue intensificar los orgasmos. Haz ejercicios diarios de contracción del PC y podrás observar cómo consigues efectos casi inmediatos. Pero no abandones esos ejercicios.
De modo análogo, para las mujeres, los ejercicios de Kegel fortalecen la vagina y permite aumentar las sensaciones tanto para ellas como para sus parejas. Esos ejercicios permiten, además, que la mujer sienta un orgasmo más intenso.
Gran parte de las antiguas enseñanzas sexuales del Tantra te mostrarán cómo utilizar tu músculo PC en combinación con una respiración consciente y un prolongado movimiento para alcanzar el éxtasis.
Una vez que han pasado varias semanas de ejercicios y que se ha conseguido poner el músculo PC en forma, se puede comenzar a añadir las contracciones de dicho músculo a tus sesiones masturbatorias. Será entonces cuando comenzarás a aprender a cabalgar sobre las olas de tu excitación prestando especial atención a tus sensaciones. Será entonces cuando te familiarices con tu excitación. Cuando estés en un pico de excitación, contrae tu músculo PC con firmeza. Esto te ayudará a impedir que la eyaculación tenga lugar.
Si no has conseguido todavía endurecer lo suficiente dicho músculo ni adiestrarlo para la importante función que debe desarrollar en tus actos sexuales, puedes recurrir a la técnica de apretar. Esa técnica funciona de manera similar a la de contraer el músculo PC para evitar la eyaculación. Presiona con el pulgar y el índice justo por debajo del borde del glande o por la cabeza del pene cuando sientas que la urgencia del clímax se aproxima. Esto evitará que te corras y, tras un pequeño, muy pequeño descanso (no debe bajar en exceso el grado de excitación ni la temperatura del encuentro), podrás continuar con la placentera tarea que estabas realizando.
Procura disfrutar de tus sesiones de prácticas. Disfruta también (o aprende a disfrutar) de tus errores. Aprende de ellos, como suele decirse. La ampliación de tu tiempo de erección será especialmente valorada por tu pareja. Invítala a que se una a tus ejercicios. Podréis establecer una señal no verbal que os ayude a coordinar vuestros movimientos. Gracias a esa señal, ella podrá modular tu nivel de excitación para su provecho y el tuyo.