El Tantra es un concepto místico que es casi imposible de definir. Se ha hablado de él como de una doctrina o de una filosofía. También se la ha definido como una ciencia espiritual que promueve una revolución interna. Todo ello podría caber en un caber en un término cuyo significado literal es “tejer”, “telar”, “deformar”, y también “teoría”, “sistema”, “método”, “técnica”, “sistema” o “práctica”.
Enfrentarse, pues, a la pregunta sobre qué es el Tantra no es tarea sencilla. Pero en este post vamos a afrontarla y vamos a intentar perfilar todos los matices de este concepto.
Fundamentos del Tantra
Aunque las tradiciones tántricas han despertado la atención reciente en Occidente, son cualquier cosa menos nuevas, habiendo sido desarrollado en la India hace más de 6.000 años. A pesar de su larga historia, la práctica de esta ciencia de la espiritualidad y el cuerpo todavía representa una filosofía que sigue siendo revolucionario, incluso hoy en día.
A diferencia de las visiones contemporáneas sobre el sexo, que se centran en gran medida en el placer y el orgasmo, los seguidores del Tantra ven el sexo como una experiencia transformadora que tiene el potencial de unificar elementos masculinos y femeninos en un todo singular, así como de ampliar la intimidad y la conciencia en el proceso. En el panteón hindú, esto se representa a menudo a través de la conjunción del dios Shiva con la diosa Shakti.
Esta forma de filosofía vital nos enseña a familiarizarnos con nuestra naturaleza mística y cuando lo hacemos, nuestros límites se expanden. Entramos en nuevos reinos de conciencia, en nuevas formas de sentir el poder y somos más plenos.
Hablar de esta especie de filosofía es hablar de vencer de forma total todo condicionamiento mental, emocional y cultural, por lo que la energía de vida universal puede fluir a través de cada uno libremente.
La conciencia, gracias a la práctica tántrica, no solo se expande. También se libera. Y la energía sexual no es algo que deba ser suprimido o escondido. El sexo, para esta filosofía, no es pecado. Al contrario: es sagrado.
De la relación entre Tantra y sexo vamos a hablaros en el próximo apartado.
Tantra y sexo tántrico
Es un lugar común decir que nos volvemos más “completos” cuando abrazamos el Tantra. Ello se debe a que al identificar y estimular nuestra espiritualidad sensual innata descubrimos partes de nosotros que han sido reprimidas.
El placer y el conocimiento sexual forman parte de ese descubrir. El llamado sexo tántrico permite a una persona disfrutar de su vida sexual con su máximo potencial y, además, es un instrumento de primera magnitud para acabar con la culpa o el miedo.
Los defensores de lo tántrico destacan hasta qué punta esta “ciencia espiritual” puede romper las fronteras culturales autoimpuestas o limitantes. Muchas de esas fronteras o tabúes están muy arraigados en la cultura occidental a la que pertenecemos.
En buena medida, la traslación que hemos hecho a nuestra cultura de las prácticas que integran el universo de lo tántrico ha sido una traslación muy sexualizada. En Occidente nos hemos quedado, por decirlo de algún modo, con la vertiente más sexual de esta ciencia.
Los amantes del tantrismo más tradicionales sostienen que, al hacer esta tipo traslación sexualizada que los occidentales hemos hecho de los principios tántricos, dejamos de lado dimensiones de su universo entre las que incluiríamos la meditación, el Yoga, ciertas normas de conducta y alimentación y también ciertos rituales que no tienen que ver directamente con lo erótico o lo sexual.
Así, si alguien nos preguntara sobre qué es el sexo tántrico, ¿qué deberíamos decirle? Fundamentalmente, que es algo que se experimenta como la unión cósmica de los opuestos, que de su práctica nace la energía primordial de la cual surge todo en el universo, que es algo sagrado y, al mismo tiempo, una forma de prolongar una sensualidad compartida y aumentada a través del retardo sostenido del orgasmo. ¿Con qué objetivo? Con el prioritario de conectar más plenamente con la pareja.
Para ello, las técnicas tántricas incluyen un fuerte enfoque en la respiración al unísono con su pareja. Dicha respiración debe tender al relax durante los fuertes estados de excitación para retrasar el clímax (especialmente en el caso de los hombres).
El sexo Tantra se fundamenta también en la conexión visual entre los dos miembros de la pareja para mejorar la intimidad. En ese sentido, el Tantra massage o masaje tántrico, además de tener múltiples beneficios, cumple una función muy importante. Y es que esta forma de concebir la sexualidad va mucho más allá de la simple y animal penetración.
Finalmente, y aunque no sea su objetivo fundamental, la práctica sexual realizada bajo esta filosofía persigue también la exploración de ciertas maneras de inducir el orgasmo sin eyaculación.
Las corrientes del Tantra
Dentro del Tantra podemos encontrar diversas corrientes o escuelas. Cada una de ellas tiene sus propias características y su propia forma de concebir el sexo y su práctica. Dichas corrientes son éstas:
- Hindú o Shivaita. Esta escuela tiene una concepción muy espiritual y muy devocional de lo tántrico. La danza, las artes, la oración… todo ello son instrumentos que deben servir para celebrar lo cotidiano y para adorar al dios o a la diosa que hay en cada ser vivo. Lo que se persigue, al fin, es una experiencia de unidad cósmica.
- Tantra Yoga. En esta escuela, la autodisciplina desempeña un papel fundamental. El sexo, aquí, solo se utiliza en determinadas ocasiones y con un fin: despertar la energía Kundalini. Más técnico y orientado hacia la práctica individual, el Yoga tántrico es un camino que se despega de emociones y sentimientos.
- Budista. Fundada por Saraha, esta corriente defiende el camino de la meditación. Las prácticas propias de esta escuela conciben el sexo como un espacio virtual que persigue la unión con el dios o la diosa.
- Tao o práctica del cultivo dual. El objetivo prioritario de esta corriente es procurar un buen estado de salud a quien sigue sus preceptos. Las prácticas de meditación sexual se convierten aquí en un camino hacia la salud y la longevidad. Muy técnico, esta escuela recomienda unas prácticas muy definidas que permiten generar energía y hacerla circular por el sistema nervioso.
- Sexo sagrado. Concepto de reciente creación, lo que propone esta forma de entender el Tantra entronca con viejas tradiciones culturales de diferentes partes del mundo que han considerado que el sexo y la energía que se desprende de su práctica puede ser útil a la hora de experimentar estados de consciencia expandidos. Según esta escuela, utilizar la sexualidad de forma consciente nos abre la puerta a una mejor y más profunda relación y comunicación entre hombres y mujeres.