El Tantra y los sentidos
Al hacer que los sentidos participen en los ejercicios y rituales tántricos, aquéllos se vuelven más activos. Que el olfato, el gusto, la vista, el sonido y el tacto se vean obligados, de una manera u otra, a desempeñar una tarea determinada permite no sólo que ellos se desarrollen y perfeccionen, adquiriendo la capacidad de explorar y detectar las más sutiles sugerencias, sino que hace que tú, como ser sensitivo que eres, te sumerjas en un universo mucho más sensual y atractivo. Mucho más gozoso, en definitiva.
El aroma en el Tantra
Todos y cada uno de tus sentidos pueden actuar como puertas de entrada a un estado ampliado de conciencia, pero, seguramente, el más evocador de todos tus sentidos sea el sentido del olfato. Un olor puede transportar tu mente a un lugar diferente y a un nuevo estado de conciencia. El Tantra aprovecha esa cualidad evocadora y sugerente del olfato para sus fines.
El poder del aroma
La nariz humana es un órgano muy sensible que puede detectar la diferencia entre más de 10.000 sustancias químicas. Nuestro sentido del olfato está tan estrechamente vinculado con nuestro cerebro y con su funcionamiento interno que tiene el potencial de alterar nuestros estado de conciencia.
Los olores que captan los pequeños nervios olfatorios se convierten en señales que son enviadas a una glándula cerebral que se encarga de regular decenas de funciones cerebrales. Entre dichas funciones se encuentran el hambre, la sed, el dormir y el despertar o la excitación sexual. También, reguladas en parte por esa glándula de la que hablamos, encontramos emociones como la ira o la felicidad. El mensaje que un olor nos envía viaja también hacia el hipocampo, la parte del cerebro responsable de la memoria, lo que explica por qué los olores nos permiten recordar el pasado tan vívidamente.
Las feromonas y la excitación sexual
De acuerdo con las antiguas enseñanzas tántricas, el olfato es el sentido que enciende nuestra energía sexual. La química de los amantes es una cosa compleja. Del mismo modo que el olor de una persona puede atraernos o repelernos, también puede poner en funcionamiento nuestra excitación sexual o, por el contrario, apagarla.
Cuando la atracción sexual se activa, se emiten “feromonas”. Las feromonas son un tipo de productos químicos que genera el mismo cuerpo, que son naturales y propios de la especie, y que provocan una respuesta determinada en otros miembros de la misma especia. Estas feromonas pueden ser atractivas para el hombre o la mujer que desean seducir o ser seducidos. También pueden tener el efecto contrario.
Si quieres ampliar tu conocimiento práctico sobre los procesos de la seducción y la atracción física, presta atención a los mensajes sutiles que recibes a través de tu olfato cuando te encuentres cara a cara con un amante potencial. El efecto del perfume de tu pareja puede ser un factor fundamental para el éxito de una relación sexual.
Aumentar y mejorar tu olor personal
El olor que desprende tu cuerpo puede verse afectado de manera positiva o negativa por la dieta alimentaria que sigas. Por esto es importante tener en cuenta y prestar atención a lo que comes y bebes. Es importante comer sano y evitar alimentos como el ajo. No hace falta hablar del efecto de rechazo que provoca una boca con aliento a ajo. Es importante que bebas mucha agua y que te abstengas de ingerir grandes cantidades de alcohol. También lo es que, en lugar de usar perfumes sintéticos, utilices productos perfumados con aromas vegetales.
El aroma del amor
Una maravillosa manera de conocer más y mejor a tu pareja y que tu pareja haga lo mismo contigo es descubrirse de nuevo a través del aroma. Prestar atención a los misteriosos y sutiles matices de aroma es lo único que se necesita para llegar a ese redescubrimiento. Mantenerse alerta a los cambios que se produzcan, por leves que sean. Esa es la clave para conocerse de una manera nueva y dejarse llevar por la atracción que ejerzan las feromonas activas de los respectivos cuerpos.
Una buena manera de descubrir esos matices de aroma de nuestra pareja y sumergirse en ellos para redescubrirla es el ritual o ejercicio que te proponemos a continuación.
Daos una larga ducha sin perfumaros en exceso para, así, no enmascarar ni ocultar demasiado vuestro aroma natural. Poned música de baile y que se acueste uno de vosotros mientras el otro danza desnudo. Intercambiad los roles cuando haya finalizado la canción. Para realizar la exploración olfativa, uno de vosotros debe acostarse y el otro, que será quien realice la investigación, se vendará los ojos. ¿Quieres ser tú el primero en realizar esta maravillosa excursión? Pues bien, véndate los ojos y disponte a disfrutar de ese viaje que tu olfato va a realizar por el cuerpo de tu pareja, que permanecerá tumbada y desnuda, desplegando ante tu nariz todo un abanico de aromas propios.
Ve olfateando, por partes y sin prisas, el cuerpo desnudo de tu pareja. Olfatea todas las partes de su cuerpo. Disfruta de esta fiesta olfativa durante al menos cinco minutos. Olfatea sus brazos, su cuello, su vientre, sus pies, sus ingles, sus genitales… Que se dé la vuelta para que puedas olfatear, también, su espalda, la parte de atrás de sus rodillas, sus glúteos…
Intercambiad ahora vuestros papeles. Sé ahora tú quien es olfateado. Disfrutad relajadamente de estas sensaciones.
Una meditación tántrica basada en el olfato
Vamos a proponerte una sencilla meditación tántrica que puede servirte como punto de partida si eres nuevo en el Tantra. Si la llevas a la práctica, observarás cómo el ritual te traerá una nueva energía y cómo tus sentidos se volverán más despiertos y activos. Cuando realicéis el acto sexual, estos sentidos participarán de una manera tal que el propio acto se verá enriquecido.
Para iniciar el ritual, realizad siempre la ceremonia de apertura, que se abre siempre con el saludo namaste.
A continuación, la mujer solicita al hombre que se siente o acueste. En cualquier caso, que se coloque en una posición cómoda y relajada y que se vende los ojos.
La mujer toma tres tejidos y vierte sobre ellos unas gotas de aceite esencial. Cada tejido será impregnado con un aceite diferente.
La mujer sopla lentamente sobre el primer tejido cerca de la nariz de su pareja. Esto permite que la pareja huela profundamente el aroma del aceite. La mujer hará lo mismo con los siguientes dos perfumes, realizando una pausa entre cada uno de ellos. Esa pausa servirá para que el olfato de su pareja “descanse” de un aroma antes de sumergirse en la sensación olfativa proporcionada por otro.
A continuación, que la mujer coja una pieza de fruta y la apriete suavemente cerca de la nariz de su pareja para que la fruta emita su aroma y para que la pareja pueda olerla antes de que la mujer coloque un trozo de fruta en sus labios para que la saboree lentamente. Es lentitud le permitirá captar los matices de sabor y textura de la fruta, al tiempo que facilitará la tarea de conocer los matices aromáticos de la misma. Esa combinación de olor y sabor resultará explosiva. Los sentidos se volverán más intensos.
Se realizará, a continuación, el mismo proceso con trozos de otras frutas. Quien realice este ritual comprobará cómo sus sentidos se van acentuando progresivamente y cómo el sabor de la fruta se intensifica en su boca.
Que sea después la mujer quien, con los ojos vendados, goce de la misma experiencia que ha gozado su pareja.
Finalizado el ritual, podéis, si ése es vuestro deseo, hacer el amor llevando en la boca y la nariz el sabor o el olfato que deseéis llevar. La fusión de ambos puede resultar muy sugerente y excitante.