Características generales del Hinduismo
Si hay dos religiones que guardan relación directa con el Tantra ésas son el hinduismo y el budismo. Claro que, en el caso del hinduismo al menos, son muchas las personas que rechazan que el hinduismo pueda ser considerado una religión en el sentido que pueden ser consideradas religiones el cristianismo, el judaísmo, el islamismo o el mismo budismo. El hinduismo no tiene fundador, no tiene iglesia y no tiene un único libro sagrado como, por ejemplo, si tienen el cristianismo o el islamismo.
El hinduismo podría ser entendido más bien como un conjunto de ideas y prácticas religiosas, filosóficas y culturales que, entrelazadas entre ellas, dan lugar a una forma de vida o a una forma de concebir la vida y el Universo.
El hinduismo se fundamenta en multitud de tradiciones y creencias que se articulan alrededor de una serie de principios o temas fundamentales. Entre dichos principios o temas fundamentales del hinduismo podríamos encontrar la reencarnación, la defensa de la no violencia, el ascetismo como camino para llegar a la liberación de la rueda de las reencarnaciones sucesivas, la penitencia, el ritualismo, el rezo y, por supuesto, el placer de los sentidos.
Al revés que sucede con las religiones de tradición bíblica, que asocian directamente el placer sexual con el pecado y que rechazan todo disfrute de la carnalidad preconizando un ascetismo de raíz platónica en el que carne y alma aparecen escindidas, las religiones orientales aceptan plenamente la sensualidad y la búsqueda del placer, algo que, como llevamos viendo desde que inauguramos este espacio dedicado al Tantra, está en el ADN del mismo.
El hinduismo, al igual que el budismo, el taoísmo y otras creencias orientales más minoritarias, ha concebido tradicionalmente la unión sexual como una especie de acto sagrado que no tiene por qué estar vinculado con la procreación y que se relaciona más directamente con una ascensión en el conocimiento del propio yo y de los mecanismos que rigel en universo.
En el caso del hinduismo, la cercanía al Tantra y a su filosofía se hizo especialmente estrecha a partir del siglo V. Fue a partir de esa influencia del Tantra como empezaron a ganar importancia en el hinduismo el yoga, los mantras o el sistema de chakras.
En la relación entre Tantra e hinduismo, sin embargo, se da una paradoja que hace pensar en la manera en que los hombres adaptamos las más diversas teorías a nuestros intereses concretos. La paradoja de la que hablamos es el rechazo frontal del Tantra hacia un aspecto muy importante del hinduismo de inspiración brahmánica: el sistema de castas. El Tantra rechaza el sistema de castas de la misma manera que rechaza el patriarcado. Ni el rechazo hacia una cosa o la otra (y ahí la paradoja) impidió en su momento que el tantrismo fuera adoptado por las castas más privilegiadas de la sociedad india.
Para el hinduismo existen dos tipos de Tantras, el llamado Tantra de la mano derecha y el Tantra de la mano izquierda. La primera de esas vertientes del Tantra hinduista se limita a la visualización en un plano mental. La segunda, en la práctica de lo que el Tantra de la mano derecha ha visualizado. El seguidor del Tantra de la mano izquierda defiende y fomenta el uso de técnicas de meditación y la ritualización de la sexualidad como medio único e insustituible de fundirse con el universo gracias a la integración de las energías masculinas y femeninas.
Arthur Avalon
El conocimiento de la existencia del tantrismo hinduista y de sus características principales fue posible en Occidente gracias a la tarea desarrollada por Sir John Woodroffe. Si Sir Richard Francis Burton fue el responsable de que el Kama Sutra llegara a Occidente, Sir John Woodroffe, que fue Juez del Tribunal Supremo de la India durante la década de 1890 y conocido también por su pseudónimo Arthur Avalon, fue el responsable de popularizar, gracias a sus libros, el tantrismo, la filosofía hindú y las prácticas yóguicas en la sociedad inglesa de principios del siglo XX.
Estudioso del sánscrito y de la filosofía hindú, Arthur Avalon se encargó de traducir una veintena de textos originales en sánscrito. Muchos de esos textos son, aún hoy en día, referencia obligada para conocer mejor el tantrismo hindú y sus prácticas. El poder serpentino y Principios del Tantra son las dos principales obras de Avalon al respecto.
Según Avalon, los Tantra serían los textos sagrados relaciones directamente con el culto a la energía femenina. En el seno del hinduismo, estos textos vendrían a completar el corpus teórico que, iniciándose con los Vedas, incluye también los Upanishads, los Brahmana y los Purana.
Los textos tántricos
Los textos del Tantra pueden rondar el millar y, según parece, fueron compuestos en diferentes épocas y lugares de la India. Según se apunta en algunos estudios, los más antiguos se recopilaron alrededor del año 600. Los más importantes, sin embargo, fueron redactados hacia el final de nuestra Edad Media.
Los textos tántricos recogidos en la tradición hindú suelen articularse a partir de un diálogo muy particular: el que sostienen los dioses Siva y Sakti. De estos dioses y del simbolismo de su relación y unión ya hemos hablado en algún post anterior. Gracias a dichos diálogos podemos descubrir cómo, gracias a la ejecución de diversos ritos y prácticas, el ser humano puede despertar la energía cósmica existente en su interior.
En los textos que Avalon realizó a partir de algunos de dichos textos tántricos puede comprobarse como las técnicas que tradicionalmente asociamos a la práctica del Yoga (ejercicios de respiración, técnicas de visualización, indagación psíquica, prácticas físicas, creación de colores interiores…) son prácticas de raíz tántrica.
En 1914, Avalon decía lo siguiente sobre el Tantra: “El Tantra no tiene noción de un Dios separado y de visión lejana. No predica la doctrina de que Dios el creador gobierne el universo desde el cielo. Según la visión del Tantra, el cuerpo del Sádhaka es el Universo”.