vibrador
La mujer encima (y el vibrador zumbando)
Quizás no seas un fan de que la mujer se ponga encima de ti. Quizás no te…
Masturbarse con las manos libres
¿No crees que masturbarse teniendo, al mismo tiempo, libres las manos, es una idea excitante? Quizás pienses que es imposible masturbarse como es debido sin recurrir a la ayuda insustituible de las manos. Eso lo dices porque no conoces las posibilidades de placer que pueden ofrecerte ciertos juguetes eróticos.
Masturbando al hombre
La mayoría de los hombres adoran que se les practique una combinación de golpes en pene y testículos. La mayor parte de las mujeres, cuando tocan esos órganos, lo hacen suavemente, demasiado suavemente. No tengas miedo de coger pene y testículos con firmeza. Aunque pueda parecer lo contrario, el hombre acabará agradeciéndotelo.
El vibrador de dedo
Ha llegado el momento de apostar por lo sencillo. Que lo sea no quiere decir que no sea efectivo. Se desprecia demasiado el acto de masturbarse mutuamente, en pareja. Se asocia demasiado a la adolescencia y a una paja apresurada en el asiento trasero de un coche. Hay que pensar que masturbar a tu pareja es un acto eminentemente placentero y sólo por eso, por ser placentero, merece nuestro respeto y nuestro aplauso.
Estimulando varios puntos a la vez
¿Quieres satisfacer más de una comezón al mismo tiempo? Busca lubricante y uno de esos maravillosos consoladores con conejito incorporado. No te costará demasiado encontrarlo. Son famosos y su uso está muy extendido. También podrías recurrir al llamado “pulpo”, con sus ocho patitas preparadas para alcanzar el último rincón de tu zona genital, pero, sinceramente, no son muchas las personas que quieran vérselas, de buenas a primeras, con un juguete que se asemeje demasiado a una escena de Alien.
Buscando el punto G en compañía
Si ya has descubierto y explorado tu punto G, ha llegado el momento de describir a tu compañero dónde y de qué forma te gustaría ser tocada. Dile que siga los pasos que tú seguiste para descubrirlo y, para ello, que se sirva de sus dedos y de algún juguete. Oriéntale.
Masturbándose con un vibrador
Puede ser (esperamos) que hayas conocido el orgasmo y lo hayas gozado sin necesidad alguna de recurrir a un vibrador. Si es así, es muy fácil que te preguntes para qué necesitas un vibrador si con tu mano te bastas y te sobras. Sólo te diremos una cosa: ¿para qué lavar a mano si puedes hacerlo a máquina?
Regala un masaje a tu pareja
¿Es el cumpleaños de tu chica y no sabes qué regalarle? ¿Por qué no le dedicas un tiempo en exclusiva? ¿Por qué no pones tus manos a su servicio y le brindas un masaje sensual, erótico e inolvidable? Dile que se merece un tiempo de delicioso masaje y que, por ello, has reservado entre veinte y treinta minutos para mimar su cuerpo como se merece.
Si nunca has tenido un orgasmo
¿Puede ser que nunca hayas tenido un orgasmo? Pues ha llegado el momento de que te saques esa espinita que llevas clavada y descubras la gloria que todo orgasmo trae consigo. Te vamos a recomendar dos tipos de consolador que te van a ayudar a ello. Los hemos elegido guiándonos por dos motivos: la intensidad de sus vibraciones y su poco aparatosa apariencia.