masaje erotico
La conciencia corporal, clave en el masaje
Todo empieza y termina en el cuerpo. Nuestra concepción intelectual, nuestras emociones, nuestra manera de percibir el mundo y de sentir están determinadas por nuestro cuerpo. Reconciliarnos con nuestro propio cuerpo, ser conscientes de él, es el único y mejor camino para mejorar nuestras sensaciones vitales. Adquirir una conciencia corporal profunda y ahondar en las propias raíces es vital para extraer a un masaje sus máximas posibilidades.
Los aceites de masaje en el masaje erótico
La unción bíblica o hebraica es uno de los antecedentes históricos más directos del actual empleo de los aceites de masaje en las prácticas masajísticas. El aceite vegetal es el más idóneo para realizar masajes a la vez que el más indicado para servir de base a las diferentes esencias aromáticas que pueden utilizarse a la hora de realizar un masaje.
El espacio de masaje
Antes de comenzar un masaje es importante preparar el lugar en el que el masaje va a realizarse. El espacio del masaje debe ser un lugar relajante que ayude a potenciar la función relajante que debe tener todo masaje. Una mesa de masaje es, también, fundamental para que éste se desarrolle en las condiciones óptimas. El gusto de cada cual influye en la elección tanto del espacio del masaje como de la mesa en la que se efectúa el mismo.
Las manos y los dedos: el mejor juguete erótico
Hay muchas cosas que podemos hacer con nuestras propias manos cuando estamos inmersos en la vorágine de la pasión sexual. Podemos penetrar, pellizcar, punzar, rascar, frotar, amasar, prensar, abofetear… Al igual que sucede con los dientes, las manos están siempre contigo, son gratis, y son un fantástico juguete erótico para poder experimentar.
Baño y masaje ceremonial
Una de las mejores maneras de honrar a tu pareja es mediante la realización de un masaje ceremonial en el baño. Este antiguo ritual hace que a tus entrañas llegue un soplo de satisfacción y paz. Bañarse junto a la persona que amamos es un acto humilde y sagrado.
Aromas afrodisíacos: de feronomas y otras fragancias
Olor y sexo van íntimamente unidos. La feronomas, por ejemplo, son segregadas por nuestro propio cuerpo. Ellas nos acercan a nuestro yo animal más profundo, nos vuelve puro instinto. Hay aromas afrodisíacos naturales que incrementan nuestro deseo sexual. Ellos nos hacen ponernos a tono con mayor intensidad y rapidez. Tú puedes utilizarlos en tus relaciones íntimas.
Los placeres de la ducha erótica
Hasta ahora has compartido muchos momentos de exploración sensual y erótica del cuerpo de tu pareja y del tuyo propio gracias a la realización de caricias y masajes. La mejora de tu capacidad de respiración consciente debe haberse convertido en algo fácilmente comprobable. Esa mejora se hará especialmente patente en la ducha, cuando el agua caiga sobre vuestras cabezas. Una ducha y un poco de jabón bastarán para haceros sentir muy bien.
El masaje vaginal
Recibir un masaje en la vagina es un maravilloso regalo para una mujer. Y más aún si la pareja no tiene prisa y lo hace lentamente, por puro placer, sin pensar en la penetración como objetivo final, concentrándose en todo momento en la caricia vaginal, experimentando la simple dicha de rendir cumplido homenaje a una diosa. Si lo realiza así, el éxtasis del orgasmo será un éxtasis que trascenderá al mero placer sexual para convertirse en una experiencia sensitiva de primer orden.
Técnicas para prolongar la excitación
La mayor parte de las parejas desean por encima de todo prologar y aumentar en la medida de lo posible la excitación que se produce en la realización de los masajes eróticos y amorosos. Acabar pronto los mismos por la llegada intempestiva del orgasmo deja en la boca un regusto a fracaso. Los hombres buscan prolongar su excitación para, así, poder proporcionar a la mujer el mayor placer posible.
El masaje prostático: una delicia tabú
El masaje prostático es uno de los placeres más intensos que, en cuanto a estimulación erótica, puede experimentar un hombre. Muchos, incluso, pueden alcanzar el orgasmo sin necesidad de ser estimulados genitalmente. Para gozar de este tipo de masaje, sin embargo, hay que desprenderse de todos aquellos prejuicios que un hombre pueda tener sobre la participación de su ano en sus prácticas sexuales.
El masaje genital masculino
Una vez que hayas masajeado durante treinta minutos o más el cuerpo de tu pareja, pregúntale si puedes masajear sus genitales. La petición de permiso es una muestra de respeto y, al mismo tiempo, una fuente de confianza y seguridad. Dile que se concentre en sus sensaciones y que respire profundamente. Que se olvide de toda acción y se entregue al placer.