Mostrar la desnudez poco a poco
El sexo tántrico no puede ser concebido sin estimulación. Es más: la estimulación es el fundamento del sexo tántrico. Estimulación en todos los sentidos. También, lógicamente, visual. Realizar un striptease para nuestra pareja puede ser un modo perfecto de comenzar una noche de pasión desbordada. La combinación de exhibicionismo y deseo de complacer a la pareja puede resultar muy explosiva y estimulante.
Dar a tu pareja una fiesta para su vista mediante un lento y ritual despojarse de ropa para, al final, ofrecer un cuerpo desnudo, es una excelente manera de celebrar la unión de la pareja. Si la pareja está acostumbrada a realizar el amor en la oscuridad, hacerlo con la luz encendida puede ser una gran y estimulante novedad. Contemplar el cuerpo desnudo de la persona amada sin inhibiciones es un regalo incomparable.
Para preparar tu striptease, prepara primeramente tu “rincón de amor”. Este lugar debe estar ambientado para disfrutar de toda la sensualidad del momento. Unas velas de olor o unas barras de incienso aportarán al espacio de vuestro amor un toque de sensualidad y exotismo que jugarán a favor del erotismo de vuestro encuentro. Una iluminación adecuada y sugestiva también servirá para dar ese toque sensual al ambiente.
El baile erótico
Di a tu pareja que se recueste en la cama mientras tú, con una música lasciva como fondo, te empiezas a quitar ropa. Sigue la coreografía que te marque la música. Quítate lentamente la ropa, déjala caer, acaricia con las yemas de tus dedos tu cuerpo, cierra los ojos y abandónate al placer de tus propias caricias ante los ojos extasiados de tu pareja. Haz que tu piel se erice. Esa piel erizada seguro que excita a tu pareja. Siempre excita observar la excitación de los demás. Disfruta de tu propia excitación y, así, aumentarás el grado de excitación de tu pareja.
Baila para tu pareja, sensualmente, sólo vestida con la ropa interior. Es importante que el cuerpo actúe libremente y que exprese los sentimientos que en ese momento experimentes. Si dejas que tu cuerpo hable, la naturalidad fluirá y esa naturalidad resultará siempre positiva para la intensidad de vuestro encuentro. No es lo mismo, por ejemplo, quitarse la bragas de espaldas, inclinándose un poco, mostrando la bella visión de las nalgas a la pareja, que hacerlo prácticamente de un tirón, de cara a la pareja, enganchando los pulgares a los lados de las bragas. Cada uno de estos gestos tendrá una respuesta distinta en la persona a la que se le regala el striptease.
Una vez desnuda, deja que la mirada de tu pareja se derrame sobre tu cuerpo como si fuera un baño de luz. Que esa mirada te bañe. Que esa mirada te cubra de admiración y deseo. Que sientas en dicha mirada todo el cariño de tu pareja y sus ganas de darse un chapuzón entre tus brazos. Sigue bailando mientras tanto. El striptease no ha finalizado porque la ropa haya sido quitada en tu totalidad. Haz que tu cuerpo ondee, que se balancee y retuerza. Deja que toda su energía sensual salga de él mientras lo acaricias. Acaricia tu propio cuerpo mientras realizas todos esos sugerentes movimientos y piensa en que las manos que te tocan son las manos de tu amante. Finalmente, dirígete hacia la cama y ofrécele tu cuerpo a tu pareja.
Para realizar un striptease de este tipo debes, ante todo, olvidar toda la vergüenza que pueda causarte el mostrar tu cuerpo desnudo. Nunca podrás mostrar como es debido un cuerpo al que no ames. Ama a tu cuerpo y reconcíliate con él si, en algún momento, lo has sentido como algo extraño y desagradable. Una vez reconciliada podrás ofrendar a tu pareja ese maravilloso striptease del que hemos hablado.