El principio masculino
El Tantra te ayuda a descubrir y aprovechar el potencial de tu poder masculino. Si ya estás plenamente satisfecho de tu masculinidad, puedes llevar tu disfrute sexual a un nuevo escalón. Explorando y expresando tu masculinidad, podrás adquirir un papel eróticamente dominante, un papel firme y, al mismo tiempo, sensible y consciente de las necesidades de tu pareja. En el Tantra, el principio masculino es una combinación de fuerza, potencia, poder y sensibilidad.
El verdadero principio masculino radica en el ejercicio del poder sobre el tercer chakra (que se encuentra en el plexo solar). Ése es el lugar en el que las masculinidad se manifiesta en todo su ser. En esta zona, los sentimientos y las emociones no verbalizadas pueden quedar bloqueadas, lo que puede afectar a que el hombre no funcione con su máxima capacidad no sólo en las relaciones afectivas y en las sexuales, sino también en su manera de estar en el mundo y relacionarse con él.
Las meditaciones que vamos a proponerte a continuación deben servir para liberar la energía de ese tercer chakra y para que, así, puedas dar rienda suelta a tu verdadera naturaleza masculina. Piensa que, cuanta más capacidad tengas para expresar tus sentimientos, pensamientos y deseos, más sexy resultarás para tu pareja. Mucho más atractivo y deseable. Mucho más masculino, en el fondo.
Para ello, es importante imponerse al deseo de penetración sexual. Ese deseo de penetración acostumbra a ser una fuerza motriz en los hombres, una especie de obsesión cuando tienen a una mujer desnuda delante, y eso puede convertirse en un lastre para su capacidad creativa durante el acto sexual. Centrado en las ansias de penetración, el hombre pierde ocasiones de disfrutar de una buena caricia, de un buen masaje, de un beso, de unos buenos preliminares a esa penetración que, si tiene que llegar, ya llegará, pero que no puede arrasar con todo. El orgasmo, en cualquier caso, siempre será mejor si se presta la atención debida a todos esos preliminares y placeres que si, directamente y sin esperas, se realiza la tan ansiada penetración.
Descubrimiento del dios
La meditación que te proponemos a continuación es una meditación que servirá para que el hombre sienta cómo aumenta de manera importante su autoconfianza. Tras esta meditación, el hombre podrá aceptar su naturaleza divina y, con ello, celebrar su belleza física y sexual.
Para comenzar, pon en el aparato de música algo sexy e hipnótico. Algo que os seduzca y os sugiera placer. Una vez que os hayáis dejado acunar por la música, mira a tu pareja y ve desnudándote poco a poco, fijándote en cada parte de tu cuerpo, reconociéndola y amándola. Muévete lentamente mientras sigues esos pasos para, así, poder relajarte para afrontar de manera adecuada la meditación.
Siéntate y siéntete cómodo cuando estés desnudo. Si lo prefieres, puedes tumbarte.
Que tu pareja, ahora, coloque sus manos, por ejemplo, sobre tu pecho, y susurre las palabras “éste es el pecho de un dios”. Que haga lo mismo con tus muslos y, progresivamente, con otras partes de tu cuerpo. También con tu lingam o pene. Que susurre claramente algo así como “éste es el delicioso lingam de un dios”. Si va haciendo eso con cada centímetro de tu cuerpo, tú podrás constatar cómo tu pareja admira tu belleza y tu fuerza.
Es probable que, finalizado el ritual, tu pareja y tú deseéis realizar el acto sexual para, de ese modo, poder disfrutar de esa masculinidad que has recuperado o de la que te has embreado gracias a la meditación.
Recuperar la hombría
La meditación que a continuación proponemos ha sido diseñada especialmente para ayudarte a recuperar tu masculinidad y para liberarte de cualquier tensión y sentimiento reprimido. Ésta es una buena meditación para ser practicada por aquellas personas que no estén excesivamente familiarizadas con el Tantra.
Para realizarla, debes sentarte o quedarte de pie, cómodamente, colocando tus manos sobre tus genitales. Con las manos ahí, intenta recordar algo que, en tu vida, hizo restringir tu energía y, en cierto modo, tuvo una influencia coercitiva sobre ti.
Cuando tengas ese recuerdo frente a ti, grita “¡No!” como si sacaras la voz desde el centro mismo de tu vientre. Y grita: “son mías”. Con ese grito estás reclamando lo que te pertenece. Haz lo mismo con otros recuerdos del mismo tipo que acudan a tu memoria. Procura, así, vaciar tu mente de la negatividad propia de esos recuerdos. Y hazlo, como mucho, durante 10 minutos.
Concéntrate en tu chakra base y piensa que estás llevando la respiración desde ese chakra hasta la coronilla. Cuando exhales, piensa en una cascada de gracia descendiendo sobre ti. Haz esto durante 5 minutos.
Centra ahora tu respiración en un círculo formado por el chakra corona y el chakra base. Siente cómo una potencia energética fluye por el pene y los testículos. El pene, así, se ha convertido en una varita mágica de luz.
¿Sientes cómo ha aumentado tu masculinidad? ¿Sientes cómo ese principio masculino se ha acrecentado en ti? Si es así, ha llegado la hora de plasmar esa masculinidad practicando algunas posturas eróticas que vamos a señalarte a continuación.
Las posturas para plasmar el principio masculino
Hay posturas eróticas más idóneas que otras a la hora de plasmar ese principio masculino que, gracias a las meditaciones anteriormente realizadas, se habrá acrecentado en ti. El hombre potente y dominante sexualmente y actuando como tal puede actuar como un potente afrodisíaco entre los miembros de la pareja. Para que eso sea así, debe producirse esa combinación de la que hemos hablado anteriormente y que es la de la fuerza y la autoridad con la ternura y la sensibilidad. Produciéndose esa mezcla, el hombre podrá mostrar su verdadero poder masculino. Sin esa ternura y esa sensibilidad, la masculinidad no está completa. Sería simple rudeza.
Por ejemplo: para tu pareja puede ser muy importante que a la penetración meramente sexual le unas la penetración visual. Al mismo tiempo que con tu pene estás penetrando a tu pareja con tu mirada. Bien hondo. Concentrándote en ella. Fomentando la intimidad en aquellos momentos en que tu empuje dentro de ella sea más suave.
La postura del león
Lo que tradicionalmente llamamos “a cuatro patas”. El hombre penetra a la mujer desde atrás ofreciendo una imagen con claras connotaciones de dominio y fortaleza.
El arado
Cuando realiza la técnica del arado, el hombre se sitúa en la parte superior de la mujer y levanta las piernas de su compañera alrededor de su cuello. Esta postura permite una penetración más profunda.
El misionero
Esta posición permite al hombre actuar con ímpetu, penetrando de manera una tanto salvaje. ¿El problema? Que es muy probable que alcance rápidamente el orgasmo. Para retardar la eyaculación, tu pareja puede actuar de tres maneras:
- – Puede presionar con el pulgar contra ese punto del pene que está justo por debajo del glande y continuar pulsando en él hasta que la tensión eyaculatoria desaparezca.
- – Puede presionar firmemente en el perineo (el área entre los testículos y el ano) mientras coloca dos dedos en el tercer chakra y realiza un pequeño masaje sobre él dibujando círculos con los dedos.
- – Puede colocar una mano, suavemente, sobre el lingam, y usar dos dedos para masajear, realizando pequeños círculos, el chakra cardíaco, entre los pezones.
Cualquiera de estos tres métodos puede servir para retardar el orgasmo. Otra opción es pasar a realizar una postura de loto, con saludo mutuo, para después volver a reiniciar la actividad puramente sexual de la penetración.