Si hay una postura sexual sensual y romántica, ésa es la postura de la flor de loto. Todos los amantes del slowsex o sexo lento deben conocerla, pues es la posición sexual ideal para alcanzar un orgasmo lleno de espiritualidad.
Cuando se cita la posición de la flor de loto es difícil no llevar la imaginación hacia los territorios del Yoga. También es difícil no pensar en aquellos monjes tibetanos que, aislados en las alturas del Himalaya, se dedican en exclusiva a la meditación y a la persecución del Nirvana, ese estado en el que se desvanece toda preocupación y en el que todo sufrimiento desaparece.
Pero esta posición no tiene solamente resonancias budistas o espirituales. También aparece en el Kama Sutra y, por tanto, tiene una vertiente carnal muy marcada. De ella os vamos a hablar en este artículo, dedicado en especial a todos aquellos y aquellas que deseen gozar del sexo practicando una postura erótica en la que prime por encima de todo la ternura y la sensualidad.
Virtudes de la posición del loto
Es imposible hablar esta postura erótica del Kama Sutra y no hacer referencia al budismo y sus creencias. Los monjes tibetanos, además de meditar, rinden culto, entre otras, a dos divinidades. Una de esas divinidades recibe el nombre de Yab y simboliza lo masculino. La otra simboliza lo femenino y se llama Yum. Yum y Yab acostubran a ser representados conjuntamente en la postura de la flor de loto. Para los budistas, este tipo de representación simboliza el amor indivisible y el vínculo espiritual de la pareja que goza de la más perfecta y la más estrecha de las uniones.
Todo aquel que quiera llevar al lecho esta postura para follar debe saber que la misma exige a quienes la practican una cierta flexibilidad y un grado bastante elevado de entrenamiento. Careciendo de ellos, es fácil sufrir algún tipo de lesión muscular. Quizás por eso, y pese a resultar muy placentera, esta postura del Kama Sutra no figura entre las más valoradas por los amantes. Según algunas encuestas realizadas a mujeres estadounidenses, la postura que nos ocupa estaría en el noveno lugar en un ranking de posiciones preferidas para practicar sexo. Delante de ella, muy por delante, figurarían la siempre deseada postura del perrito (¡lo que gusta a los hombres tener a la mujer a cuatro patas!) y el tradicional misionero.
Una de las grandes virtudes de la posición erótica de la flor de loto es que fomenta la unión de la pareja. Al estar cara a cara, los amantes pueden mirarse a los ojos, pueden acariciarse, besarse, susurrarse dulces palabras al oído… En cierto modo, esta postura sexual viene a ser como una especie de abrazo erótico, algo que, al mismo tiempo que une mucho, resulta muy sexual. ¿A qué hombre no le gusta sentir en su pecho desnudo el roce de los senos de su amante, la pulsión de sus tetas, la presión dura de los pezones? Si eso, además, se realiza mientras se está penetrando a la pareja, ¿cómo no experimentar un placer casi místico? Si, como cantaba aquél, el sexo puede llegar a ser una especie de experiencia religiosa, es, sin duda, gracias a una postura follar como ésta.
Esta postura, además, sirve también para alejar el momento del orgasmo y hacer el coito más duradero. En ese sentido, y tal y como apuntábamos al inicio de nuestro artículo, la postura del loto es ideal para disfrutar del sexo lento. Gracias a ella es más fácil canalizar la energía sexual y evitar esa eyaculación demasiado temprana que avergüenza a tantos hombres y frustra a tantas mujeres. La combinación de una penetración profunda con un ritmo lento de movimiento permite coitos bastante prolongados.
Control femenino del coito
El control en esta postura pertenece completamente a la mujer. Es ella, encabalgada sobre el hombre, quien decide tanto el ángulo de la penetración como la velocidad. Al mismo tiempo, la mujer debe saber que esta postura está especialmente indicada para ella. Las mujeres que tienen dificultad para alcanzar el orgasmo llegarán más fácilmente a él follando de esta manera. El hombre, al mismo tiempo, podrá gozar de todo el cuerpo de la mujer, pues podrá acariciar sus pechos, su espalda, su cuello, podrá besarla y podrá tener en sus manos las nalgas de la mujer mientras ésta se bambolea y mece encima suyo.
Las mujeres que estén embarazadas, por su parte, deben saber que la posición de loto no está recomendada para ellas por varios motivos. Para empezar, se compromete la comodidad de estómago y abdomen. Para seguir, se comprometen también tanto la espalda como las vértebras cervicales. Y para terminar, expone unos pechos que acostumbran a estar habitualmente doloridos a los caprichos de una pareja que, sin duda, encontrará en ellos un anhelado destino para sus ansias magreadoras.
¿Cómo hacer la posición de loto?
Para ejecutar esta postura erótica, el hombre debe sentarse, bien sea en el colchón, bien en el suelo, sobre una alfombra, un tatami o algo que resulte cómodo y, al mismo tiempo, pueda aislar del frío del suelo. No es agradable sentir en nalgas y testículos el contacto frío de las baldosas. Quizás con parquet la sensación no es tan desagradable, pero siempre será mejor sentir un contacto cálido en esas partes del cuerpo.
Una vez colocado el hombre así, la mujer debe sentarse encima de él, cara a cara, y debe envolver el cuerpo de su pareja con sus piernas, abrazándolo con ellas alrededor de la cintura. Si la mujere, una vez puesta así, tiene problemas para mantener el equilibrio sobre el hombre, puede poner los brazos alrededor del cuello de él para, así, poder apretarse contra su regazo.
Colocados así el hombre y la mujer, hay que encontrar el punto justo en que uno y otra se sientan cómodos para, a partir de ahí, iniciar los movimientos con la pelvis, hacia atrás y hacia delante, de una manera lenta y tranquila.
Para simplificar la ejecución de esta postura sexual, el hombre puede apoyarse sobre una pared y puede utilizar un cojín para colocarlo debajo de sus nalgas. Gracias a la ayuda de dicho cojín, el hombre podrá aguantar a la mujer durante más tiempo.
Modalidades de la postura de loto
Esta postura sexual puede realizarse ejecutando diversas variaciones. Destacaremos en este artículo dos de ellas:
- Postura del loto acrobático. En este caso, la mujer se tumba de espaldas y separa sus piernas. El hombre, entonces, se coloca entre las piernas de la mujer y, agachado, coloca los pies de ella sobre sus muslos. A partir de ahí, solo debe penetrar a la mujer y empezar a moverse. En este caso, es el hombre quien toma el mando en el coito. Si la mujer desea estar más cómoda, puede colocar un pequeño cojín bajo su zona lumbar.
- Postura del loto invertido. En este caso, la mujer, tumbada de espaldas, levanta las piernas y se agarra los tobillos. El hombre, entonces, se coloca entre los muslos de ella y la penetra.
Para dar mayor intensidad al encuentro sexual, la pareja que ejecuta esta postura puede, previamente, recurrir a la flor que da nombre a la misma (la flor de loto) para emplearla como afrodisíaco. Para ello, se deben tomar 75 gramos de Nymphaea caerulea (flor de loto) y se deben infundir, durante seis horas, en un litro de agua.