El orgasmo masculino
Hay una diferencia fundamental entre el orgasmo en el hombre y el orgasmo en la mujer. La mujer acostumbra a necesitar un poquito más que el hombre para conectarse a su potencia orgásmica. El hombre, por su parte, necesita ser capaz de controlar su impulso orgásmico.
Ya hemos visto en algunos textos cómo el Tantra puede ofrecernos instrumentos suficientes para que un hombre pueda controlar y retardar el orgasmo alargando así el tiempo de placer propio y de la pareja y, al mismo tiempo, intensificando ese orgasmo que se va retardando siguiendo los dictámenes de nuestra voluntad.
Si deseas aprender más sobre cómo controlar tu eyaculación en orden a la práctica del Tantra, y desarrollar una sexualidad espiritual, ya sea solo o en pareja, o simplemente con el fin de poder hacer el amor o masturbarte durante períodos más largos de tiempo, el aprendizaje de un método conocido como ‘karezza‘ es un recurso de valor incalculable para cualquier hombre que desee mejorar la calidad de su vida sexual.
Los textos tántricos fueron escritos por hombres que vivían un tiempo histórico en el que la espiritualidad femenina era ignorada o mal entendida. Quizás por eso se impulsaba desde muchos textos a que la mujer tuviera tantos orgasmos como fueran posibles mientras los hombres tuvieran pocos o ninguno. Algunas prácticas sexuales taoístas se centraron en enseñar a los hombres no sólo la forma de evitar la eyaculación, sino también el modo de nutrirse de la energía sexual de la pareja durante el orgasmo para, así, abastecerse de energía para próximos encuentros. En el fondo, se trataba de una especie de vampirismo sexual.
Desde una perspectiva puramente sexual, es importante que mujeres y hombres reciclen su energía sexual, descansen y se rearmen. Después de todo, el acto sexual no es simplemente ser capaz de “ir a más”. El acto sexual no debe ser una competición ni un tour de forze. Lo importante es que, gracias a él, aumente nuestra salud emocional y espiritual y se incremente nuestra vitalidad física.
Karezza
Si quieres aprender sobre cómo tu cuerpo responde a determinados estímulos sexuales es mejor aprenderlo solo que en pareja. Por eso te recomendamos que te des un tiempo y reserves un espacio para esa autoexploración y ese aprendizaje de ti mismo que, a la larga, te permitirá emplear los instrumentos técnicos a tu alcance para posponer el momento del orgasmo en tus actos sexuales solo o en pareja.
Lo importante, ante todo, es reforzar tu músculo PC. Esto te será mucho más útil que no intentar distraer tu mente durante la masturbación o el coito pensando en cosas poco estimulantes sexualmente. Es importante que identifiques el momento en el que orgasmo se aproxima pero aún no está fuera de su control, en ese punto de no retorno que conduce inevitablemente a la eyaculación. Los hombres (y las mujeres también) suelen tener entre siete y veinte contracciones musculares cuando llega el momento del orgasmo. Intenta contarlas si puedes. Y cuéntalas en diferentes situaciones. Cuéntalas, por ejemplo, cuando estás cansado. ¿Puede ser que haya disminuido su cantidad?
Ejercicio para controlar el orgasmo
Recuerda ante todo la importancia de buscar un lugar cómodo, aislado, sensual y en el que nadie pueda sorprenderte. Concederte ese espacio es una manera de valorarte a ti mismo y de valorar lo que vas a realizar. Asegúrate de que ese espacio tiene la temperatura adecuada. Es un lugar cálido, ambientado con un perfume que a ti te resulte especialmente agradable, con un música relajante acariciando el aire.
Permanece de pie mientras empiezas a acariciarte por todo tu cuerpo. Acaríciate el abdomen, los muslos y el cuello. También los glúteos y los brazos. Acaricia tu piel y tu pelo. Siente tranquilamente cómo tu corazón late y concéntrate en tu respiración. Respira consciente y profundamente, imaginando que en cada respiración se va produciendo un lento despertar de tu chakra inferior.
Siéntate o túmbate cómodamente. Continua con tu masaje abdominal moviendo tus manos hacia abajo, hacia la zona genital. Alcanza tu pene y tus testículos. Acaricia tu perineo. Haz todo esto, si puedes, ungiendo tus manos con algún aceite de masaje perfumado.
Evita el estilo habitual de la masturbación. Ya sabes, en lugar de ir directamente a “tocar la zambomba”, acaricia, masajea y exprime toda tu área genital. Incluso puedes explorar el área alrededor del ano. ¿No lo has hecho nunca? Olvida prejuicios sexistas y te llevarás una sorpresa. Puede resultarte muy agradable.
Masajea cuidadosamente el perineo, ese especio entre el escroto y el ano, y, si puedes, localiza desde ahí dónde se haya la glándula prostática. Antiguos textos orientales hablaron de ese punto como “la Puerta de la Vida y de la Muerte” ya que no sólo es una glándula productora de semen. Es también el punto en el que se apoya el chakra básico, el punto a través del cual la energía vital entra y sale del cuerpo. Si presionas correctamente en este lugar, evitarás la eyaculación precoz.
A medida que te sientas más encendido, no olvides los ejercicios de respiración profunda. Ellos pueden ayudarte a controlar tu excitación. Si estás practicando la eyaculación tántrica, imagina que estás respirando con el área genital, en la base de tu columna vertebral, a la espera de avanzar hacia el cerebro.
Cuando sientas que el orgasmo se aproxima, deja de hacer lo que estés haciendo y relaja todos los músculos del abdomen y del área pélvica. Trata de hacer una o dos contracciones antes de relajar dichos músculos. Concéntrate en la respuesta que te da tu cuerpo. ¿Qué está haciendo exactamente? Cuando te sientas más seguro realizando estas contracciones, prueba a realizarlas en otras circunstancias. La musculatura hay que ejercitarla para que responda a nuestras demandas en un momento determinado.
Si no disfrutas de inmediato del oleaje de placer que el Tantra te ofrece, recuerda que puede deberse a que aún no te sientes completamente relajado. Cuando tengas más confianza en tu cuerpo y en sus reacciones lo más probable es que puedas experimentar mejor y más sensitivamente ese oleaje de placer del que hablamos.
Si te sientes incapaz de controlar la eyaculación, no te irrites ni decepciones contigo mismo. Ten paciencia. Los hábitos sexuales y la respuesta de nuestro cuerpo a los estímulos eróticos no pueden cambiarse de un día para otro. Si la relajación y las técnicas de respiración no son suficientes para mantener a raya el orgasmo, hay que recordar que tu músculo PC te va a ayudar si lo has ejercitado lo suficiente y, finalmente, siempre tienes la opción de presionar con dos o tres dedos firmemente sobre el perineo. Si lo haces un poco antes de la eyaculación, podrás experimentar el placer de las contracciones orgásmicas sin eyacular. Si lo haces tarde, la eyaculación se habrá producido. Con el tiempo la técnica se te hará innecesaria. Aprenderás a conocer tu cuerpo y reconocerás la llegada del orgasmo, pudiendo, así, retardar su estallido de placer.
Para terminar, sólo decirte que no hay pruebas médicas que sostengan de manera fiable que el practicar karezza pueda dañar tus órganos. Fisiológicamente, el semen producido y no derramado es reabsorbido por el cuerpo. Los profesionales del Tantra creen que el semen conservado aumenta en realidad tu energía espiritual.