Queremos desmitificar el masaje erótico y enseñar muchas actividades para compartir con un cómplice, o llevar a cabo por ti mismo cada vez que estés en el estado de ánimo adecuado para el tacto sensual. Olvida todo lo negativo que hayas podido escuchar sobre la masturbación.
Masturbarse es bueno. Entre los beneficios de la masturbación masculina podemos encontrar los siguientes:
- Mejora la fertilidad. Al masturbarnos, mejoramos la calidad y la fertilidad de nuestros espermatozoides. Por decirlo de un modo un tanto “industrial”, mantenemos nuestra maquinaria “engrasada”.
- Reduce el riesgo de cáncer de próstata. Hay estudios que señalan que los hombres que eyaculan más de cinco veces a la semana corren un riesgo menor de padecer cáncer de próstata. De alguna manera, la práctica masturbatoria permite expulsar toxinas acumuladas en el tracto urogenital.
- Ayuda a combatir la eyaculación precoz. Masturbarse con criterio y sin perseguir un orgasmo rápido sirve de entrenamiento para controlar la eyaculación.
- Favorece el descanso y la conciliación del sueño.
- Mejora el humor y alivia el estrés.
Como ves, los hombres masturbándose (del mismo modo que las chicas masturbándose) no están sino practicando algo que, además de placentero, es bueno para la salud.
Asumido esto, vamos a ver de qué forma pueden combinarse dos actividades altamente beneficiosas para la salud como son la práctica masturbatoria y el masaje erótico.
El porqué de un masaje erótico
El masaje es alimento espiritual. Comenzamos con caricias simples de la mano en el rostro. Estas caricias no nos van a ocupar más de diez minutos y van a servir de alivia al final de un día ajetreado.
Con estas caricias inicales alejadas del contacto genital y de los masajes de cuerpo completo nos podemos iniciar en un aprendizaje capital: el de saber comunicar las propias preferencias y expresar nuestros deseos. Esto, que en principio puede parecer muy sencillo, no lo es tanto. Estamos demasiado acostumbrados a camuflar nuestras sensaciones y nuestras íntimas apetencias y desacostumbrarse cuesta.
Al mismo tiempo, al comprometernos a ir paso a paso, al imponernos plazos y al expresar los límites de cada masaje, aprendemos a construir la confianza y el respeto con nuestra pareja.
Cuando sabemos qué esperar en una actividad, podemos bajar la guardia, olvidarnos de las expectativas y comenzar a sentir. Hasta llegar a ese punto de seguridad es difícil que lo que hagamos o sintamos pueda ser catalogado de erótico.
Gracias a la práctica del masaje erótico y a su aprendizaje nos convertimos en un niño otra vez. Gracias a este tipo de prácticas volvemos a ser niños que juegan y descubren. Y nuestro descubrimiento es algo que en demasiadas ocasiones dejamos de lado: nuestro yo erótico. O, lo que es lo mismo, nuestro cuerpo, nuestra sensualidad, nuestra capacidad de sentir.
Quien practica el automasaje, o la autoestimulación, se deleita en tocar para su propio placer y toma conciencia de la maravilla de la vida en cada aliento.
Aprender a tocarse eróticamente es capital para aprender a conocerse corporalmente. Aquí vamos a darte una serie de consejos básicos para que aprendas a sacar el máximo partido a tus sesiones de autoplacer.
Cómo masturbarse
Aprender a tocarse de forma erótica es una de esas clases a la que no deberíamos faltar. La práctica masturbatoria es, también, algo que nos sirve para saber qué podemos pedirle a nuestro cómplice.
Aprendiendo a tocarnos aprendemos, también, a tocar. Las técnicas de masturbación pueden traer una profundidad y erotismo para el masaje genital de tu complice.
Masturbarse delante de la pareja puede ser un modo caliente y provocativo de transformar viejas rutinas.
Si estás listo para relajar la mente y a focalizar tu atención sobre tus sentidos y sobre lo que éstos pueden captar y experimentar, estás preparado para disfrutar del lujo en el asombro y la maravilla de cada momento de placer que puede derivarse de una sesión de autoplacer.
No pretendemos aquí dar clases de masturbación. O no pretendemos, al menos, darlas de forma exhaustiva. Aunque la práctica de la que hablamos aquí está diseñada para parejas, muchos de los ejercicios de los que vamos a hablar se pueden practicar en solitario.
No lo olvides nunca: la masturbación forma parte importante de nuestra vida sexual. Por eso son varios los artículos de nuestro blog que hemos dedicado y que dedicaremos a ella.
Aprender a masturbar a tu pareja
Tu pareja y tú podéis disfrutar de la masturbación mutua como un fin en sí mismo, no necesariamente como un preludio a la penetración. La clave es dejar claro es que os estáis dando un regalo sin deseo de una recompensa.
Es importante, a la hora de enriquecer la vida sexual, el aprender a sacar la alegría del cuerpo de tu cómplice solo por el placer que da. Aprender a disfrutar de los gemidos y suspiros que son capaces de provocar tus manos, tus dedos, tu boca o algún juguete erótico es, también, una forma de madurar sexualmente.
El destinatario es capaz de disfrutar de una sensación de libertad y relajación intensa, pero hay ventajas también para quien masturba.
Cuando estás masturbando a tu pareja sin una meta, el flujo de energía se convierte en un ciclo, que pasa entre tú y la construcción de un intercambio recíproco de placer.
Todo el mundo tiene una respuesta única para masturbar por lo que nunca debes tratar de manipular al destinatario en cualquier reacción o experiencia particular. Debe ser una experiencia nutritiva y amorosa tanto para el donante como para el receptor.
Si deseas profundizar algo más en la delicia de la masturbación mutua, lee nuestro artículo “Posturas para masturbarse en pareja”.
Experimentar con la masturbación: masturbadores masculinos
Para mejorar su experiencia de la masturbación hay que concebir ésta como una oportunidad para conocerse y redescubrir el cuerpo (tanto tuyo como el de tu pareja). Dar por hecho que ya se conoce implica perder la ocasión de conocerlo mejor y, por tanto, de ser capaz de experimentar y hacer sentir más placer.
Imagina que cada vez que tocas a tu pareja no estás sobre un territorio conocido, sino que estás experimentando. Con ello conseguirás algo fundamental para vuestra vida sexual: estarás conectando con ella de una forma entusiasta y abierta.
Al entregarte a estas prácticas interioriza que el único tiempo que tienes con tu pareja es aquí y ahora. El pasado no existe y no hay futuro.
Entender estas prácticas de este modo te servirá para liberarte de los lazos de familiaridad y de la realidad. Gracias a ellas, os abriréis a nuevas ideas y estaréis dispuestos a empujar los límites y llevarlos un poquito más allá.
Este empujar los límites y vencer tabúes te liberará y te animará a ver a tu pareja de diferente manera. Ello te ayudará, también, a conocer cada centímetro de su genitales.
Pero por encima de todo, diviértete, no te tomes la masturbación como algo serio. Se trata también de tocar juntos y disfrutando mutuamente sin ningún objetivo final. De experimentar, al fin y al cabo.
La simple experimentación puede llevarte a nuevos niveles de felicidad. La masturbación no sustituye a la penetración pero puede ser tan o más placentera que el sexo vaginal o anal. Para darle un toque especial, prueba a utilizar algún tipo de masturbador masculino.
De cómo sacar partido a estos maravillosos juguetes sexuales os hablamos en nuestro post “Los masturbadores masculinos”.
Prueba alguno de ellos. No te arrepentirás.