¿Por qué un masaje en el perineo para embarazadas?
Si hay una zona especialmente sensible en el cuerpo humano ésa es la del perineo, es decir, ese espacio que se extiende entre los testículos o la vagina y el ano. En un post ya vimos cómo el masaje de esta zona puede servir para intensificar las sensaciones experimentadas durante el orgasmo. Un masaje de esta zona es uno de los mejores estímulos que un hombre o una mujer pueden recibir para, de ese modo, experimentar un intenso orgasmo. En el caso de la mujer embarazada, además, el masaje perineal puede resultar de inestimable ayuda para prepararse para el parto.
El masaje perineal tonifica los músculos de la zona y les facilita la tarea de relajarse y darse de sí. La mayor elasticidad de los músculos de la zona perineal evitará, llegado el parto, que pueda producirse algún tipo de desgarro o que sea necesaria la práctica de una episiotomía, es decir, ese corte que algunos ginecólogos, llegado el momento del parto, realizan en la mujer desde la comisura posterior de su vulva hacia el ano para, de ese modo, evitar un desgarro descontrolado de la zona.
La misma mujer puede realizar su propio masaje perineal, pero en este post queremos proponer que sea la pareja quien realice el masaje del perineo. Después de todo, el masaje perineal tiene mucho de erótico y puede ser una excelente excusa para que la pareja pueda vivir su sexualidad hasta casi las puertas mismas del embarazo.
Para hacer un buen masaje perineal para embarazadas deberán utilizarse los siguientes elementos: crema, aceite lubricante, jabón y un lugar cómodo en el que relajarse. Una cama, un sofá, un sillón o una camilla son lugares perfectos para relajarse. Si a esto, además, le unes un clima relajado y sensual (¿por qué no una iluminación especial?, ¿por qué no unas velas de olor?, ¿por qué no unas varitas de incienso?, ¿por qué no una música relajante?), mejor que mejor.
Para realizar un masaje perineal para embarazadas hay que contar, por supuesto, con un buen lubricante. Dicho lubricante puede ser un aceite corporal tradicional o una crema de farmacia especializada para tratar dicha zona.
Antes de empezar el masaje perineal para embarazadas hay que procurar orinar para que, de ese modo, no puedan producirse interrupciones indeseadas. Hay que tener presente que la frecuencia de la micción en la mujer embarazada es mayor que en la mujer que no está en estado, lo que siempre implica un riesgo a la hora de realizar un masaje perineal para embarazadas: que la mujer masajeada tenga, en pleno masaje, necesidad de orinar.
La técnica del masaje perineal
Una vez hecho esto, quien vaya a realizar el masaje perineal deberá lavarse las manos. Si además, se coloca en ellas un poco de crema, aquéllas estarán más hidratadas.
La mujer, para recibir el masaje perineal, deberá colocarse preferentemente tumbada boca arriba, con las piernas dobladas y las rodillas separadas. Si no pudiera colocarse así, deberá sentarse en algún sillón o alguna silla, de forma cómoda, con la espalda apoyada. Tanto en un caso como en otro sería conveniente que, previamente, la mujer hubiera humedecido la zona con una toalla humedecida con agua preferentemente templada o caliente.
Para iniciar el masaje perineal para mujeres en estado propiamente dicho, el hombre colocará un poco de lubricante o crema en los dedos corazón e índice y aplicará el producto lubricante en la parte exterior de la vagina. Para aplicarlo, el hombre realizará, con sus dedos, movimientos circulares y suaves sobre la zona. Estos movimientos permitirán que se ejercite la zona perineal.
Una vez hecho esto, el masajeador introducirá sus pulgares en la entrada de la vagina unos 4 o 5 cm como mucho. Lo hará suavemente y, una vez introducidos, empujará, muy sutilmente, hacia el ano, empujando sobre las paredes. Los movimientos se irán haciendo cada vez más amplios (los pulgares dibujarán una especie de “U” por las paredes vaginales). Este trazo de masaje deberá alargarse durante un tiempo que dependerá de la experiencia de la mujer embarazada a la hora de recibir este tipo de trazo. Las primeras veces no deberá exceder del minuto. Posteriormente, este trazo podrá prolongarse durante períodos que lleguen hasta los tres minutos.
Tras este tipo de presión hacia el ano conviene realizar otros dos tipos de presiones, alternativas, una hacia cada pared lateral de la vagina. La parte superior de la vagina es preferible no tocarla. En ella se halla el meato urinario y una manipulación de esa zona podría provocar una infección urinaria.
Este masaje debe durar entre 5 y 10 minutos diarios. Para introducir un factor de relajación más poderoso en el masaje perineal para embarazadas es recomendable que, mientras los dedos pulgares ejercer dicha presión en las tres direcciones señaladas, el resto de dedos hagan un masaje circular en la zona externa, es decir, por el perineo en sí.
Cualquier molestia que se sienta a la hora de experimentar el masaje perineal por parte de una mujer embarazada debe suponer la detención inmediata del mismo. Si el dolor persistiera, la mujer debería acudir de manera urgente a su ginecólogo o a un centro médico en el que pudiera ser atendida por un especialista en ginecología y obstetricia.
Esta estimulación perineal puede hacer que entren ganas de practicar sexo. Ningún problema. El sexo no está reñido con el embarazo. Al contrario. Sólo tienes que tener en cuenta que, dependiendo del estado de gestación (será durante las últimas semanas, pues es en ese momento cuando es recomendable realizar el masaje perineal), deberás escoger unas posturas u otras. Si deseas conocer cuáles son las posturas eróticas indicadas para el embarazo, consulta nuestro post dedicado a ello. Y no olvides que, después de todo, la penetración y el coito sirven también como instrumentos de dilatación y masaje de la zona perineal. Y que el sexo siempre ayuda a aliviar el estrés. Esto es algo que, sin duda, será beneficioso para el feto.