Atracción por las nalgas
Sabemos que ocupan un lugar preferencial en las preocupaciones estéticas tanto de mujeres como de hombres. Después de todo, la forma, complexión y dureza de los glúteos, el hecho de que sean más o menos planas, más o menos respingonas o más o menos caídas determinan en mayor o menor grado el “efecto llamada” que sobre la mirada del sexo contrario puede tener eso que llamamos culo. Junto a los pechos, el culo es, sin duda, una de esas partes de la anatomía que siempre se analiza para determinar hasta qué punto la persona resulta atractiva. Por eso son muchos los complejos que, especialmente en las mujeres, pueden surgir si los glúteos en cuestión no se adaptan a los estándares de lo que socialmente se considere bello. Culos como los de Jennifer López, Rihanna, Beyoncé, Irina Shayk o Elsa Pataky despiertan la admiración de los hombres y la envidia de las mujeres que aspiran a tenerlo. Conseguir unos glúteos así no resulta sencillo. La mayor parte de esos glúteos son fruto de una perfecta combinación de genética y gimnasio. Asumiendo eso, hay que comprender que uno de esos culos no está al alcance de todas las mujeres como tampoco todos los hombres están capacitados para poseer la percha de, pongamos por ejemplo, Cristiano Ronaldo. Nuestra pareja puede ser una de esas mujeres.
Demostrar a tu pareja la atracción que sobre ti ejerce su culo puede ser fundamental para ayudarla a sentirse a gusto con su cuerpo. Esa demostración por tu parte de la admiración que puedes sentir hacia sus glúteos no será sólo una demostración de amor. También será, en cierto modo, un acto interesado. Después de todo, una persona que está a gusto con su cuerpo es una persona predispuesta a disfrutar de él. Así, si tu pareja se siente a gusto cuando se mira al espejo será mucho más fácil que quiera compartir contigo ese cuerpo y los placeres que con él se pueden obtener y proporcionar. Por eso mismo te decimos que es importante que especifiques a tu pareja el amor y la atracción que sientes hacia esa parte tan concreta de su anatomía. ¿Y qué mejor acto de demostración de amor hacia una parte del cuerpo humano que la de regalar a esa parte anatómica en concreto un espléndido masaje?
En este artículo vamos a intentar darte cuatro consejos básicos para que puedas regalar a tu pareja un fantástico masaje de glúteos. Además de la intencionalidad erótica y admirativa de dicho masaje, la tonificación y cuidado de los glúteos cumplirá una función física nada despreciable. No debemos olvidar que los glúteos tienen una función capital que va más allá de su valor estético. Los glúteos, en el ser humano, ayudan a que pueda mantenerse el bipedismo. Es decir: andamos a dos patas porque los glúteos equilibran nuestro tronco a cada paso. Por eso es importante cuidarlos, mimarlos y, en el caso de nuestra pareja, expresar con un masaje nuestra especial admiración.
Cómo realizar el masaje de glúteos
Para iniciar el masaje erótico de los glúteos de nuestra pareja (que debería ser continuación de un masaje más completo y que afectara a todo el cuerpo) es importante adoptar la postura adecuada respecto a ella. Una postura adecuada será, por ejemplo, que nos coloquemos a horcajadas sobre ella (que está tumbada boca abajo), justo debajo de sus nalgas.
Una vez colocados ahí podremos iniciar un tiempo de caricias que pueden ser realizadas con las yemas de los dedos o con algún tipo de utensilio que nos sirva para proporcionar dichas caricias. Unas plumas, por ejemplo, podrían venir de perlas a esta tarea acariciadora.
Una vez finalizado este tiempo de caricias y mimos casi juguetones habrá llegado el momento de iniciar el masaje de los glúteos en sí. Para ello, untaremos nuestras manos con un aceite de masaje de nuestra confianza y las colocaremos sobre los glúteos de nuestra pareja masajeándolos con movimientos que se irán haciendo progresivamente más amplios e intensos.
Tras ese movimiento circular en ambas nalgas nos centraremos en una de ellas, por ejemplo la izquierda, y, ayudándonos de los pulgares, iremos formando un rollo con la piel mientras hacemos que ese rollo de piel y carne vaya subiendo hasta el coxis. Este movimiento lo iremos alternando en una y otra nalga.
Gracias a este tipo de masaje de glúteos estimularemos la zona cercana al coxis y, por ello, al ano, una zona especialmente sensible y excitable. Un masaje de este tipo es ideal, por ejemplo, para preparar el ano para una sesión de sexo anal. Nada mejor que el placer para dilatar el ano y un masaje de las nalgas bien hecho puede resultar muy placentero. Una vez relajada dicha zona, la práctica del annilungus o beso negro y el uso de lubricantes pueden ser la antesala de una magnífica sesión de sexo anal.
Otra buena manera de masajear los glúteos se basa en el uso de los antebrazos para realizar sobre las nalgas los movimientos circulares que anteriormente hemos señalado.
Alternar algún tipo de golpecito o cachete en las nalgas puede resultar también muy estimulante para nuestras pareja. Hazlo y seguramente el resultado de tu masaje de glúteos será mucho más explosivo.