Ser single no es una desgracia
Toda persona que ha tratado de ir de vacaciones sola han podido comprobar cómo la sociedad discrimina aún a hombres y mujeres que no son parte de una pareja. Nuestra sociedad sigue siendo dominada por la pareja y el concepto de familia sigue teniendo una gran importancia social.
Son muchos los siglos a nuestras espaldas en los que, bien en la literatura, bien en el arte, el amor romántico ha adquirido un halo de santidad que es muy difícil de contrarrestar. Las grandes novelas, las grandes películas… en todas ellas brilla como situación deseable la relación de pareja. No es de extrañar entonces que, las personas que deciden estar solas o que por cualquier circunstancia están obligadas a estarlo se sienten de alguna manera al margen de la sociedad. Esto, en algunos casos, puede crear una sensación de carencia emocional y puede llegar a hacer que la persona en sí sienta su autoestima maltrecha y se sienta, de alguna manera, inferior al resto de la gente que la rodea.
Si eres una de esas personas que vive sin pareja, debes evitar esa sensación, alejarla de ti y luchar contra ella con todas tus fuerzas.
Para empezar, debes tener en cuenta que ser soltero o soltera no significa no poder tener una vida sexual activa. En el pasado, la masturbación, y especialmente en el caso de las mujeres, se ha visto demasiado a menudo como una triste y solitaria alternativa a las relaciones sexuales con un compañero o compañera. Se han hecho demasiadas bromas sobre ello y se han contado demasiados chistes sobre la mujer que se masturba. Afortunadamente, eso va cambiando. Se va hablando más abiertamente de sexo y de nuestras necesidades y deseos. Ahora es más fácil que, en una conversación de amigos de ambos sexos, aparezcan estos temas. Si antes era muy difícil que una mujer reconociera públicamente el practicar de manera más o menos habitual la masturbación, ahora ya no resulta tan extraño que una amiga hable de su querencia a tocarse y de los juguetes que compra para mejorar sus posibilidades de auto-satisfacción. Afortunadamente.
El mito del amor romántico
El mito del amor romántico, tan bien publicitado, no deja de repetir varios lemas, machaconamente, año tras año y lustro tras lustro. El primero es que no debemos estar solos. Que es malo. Que es importante tener una relación. El segundo de esos lemas se sostiene sobre la creencia (casi obligación) de que hay que estar enamorado de alguien, de que no se puede vivir sin amar. El tercero se basa en la afirmación de que es importante, muy importante, casi vital, de que alguien debe amarnos. Este mito del amor romántico cala muy hondo, sobre todo a ciertas edades. Y a la larga ese mito puede crear problemas y traumas. No en vano, en el mundo occidental, el 40% de los matrimonios finaliza en divorcio. Es más normal estar solo de lo que el mito del amor romántico proclama. Y mucho menos negativo.
Por ejemplo: uno de los errores que se suele cometer al hablar del soltero (soltería entendida, lógicamente, como situación vital, no como estado civil) es asociar su soltería a la inexistencia de relaciones sexuales. Y de placer. ¿Por qué? ¿Por qué debemos aceptar que el placer es algo que sólo nos puede ser proporcionado por otra persona? ¿No proporciona placer la masturbación? ¿Por qué debemos entender la masturbación como algo negativo? ¿Por qué debemos inhibir su práctica o el deseo de su práctica?
Vivimos en una sociedad y en un momento histórico que nos ofrecen numerosas alternativas a las relaciones sexuales de pareja. La industria de los juguetes eróticos está en un grado de desarrollo tal que puede ofrecer satisfacción a cualquier tipo de orientación sexual y gusto personal. Y esos juguetes pueden servirte para disfrutar de ti mismo de una manera absolutamente satisfactoria. Y para eso no necesitas del acompañamiento o la existencia de una pareja. Déjate guiar por tus fantasías. E imagina. Los maestros tántricos del Tibet han llegado a sugerir que puedes crear una amante imaginaria. Esta amante recibe el nombre de tulpa. Esa amante puede estar sostenida por el recuerdo o la imagen de una persona real. Si piensas en ella durante tus juegos en solitario, seguramente esa tulpa te proporcionará un placer una calidad especial. Disfrútalo.
El Tantra y la unicidad de la persona
En ocasiones tiende a confundirse el Kama Sutra con el Tantra. Eso es un grandísimo error, ya que uno y otro mantienen actitudes muy diferentes ante el individuo y las relaciones sexuales. Las ideas y las prácticas del Tantra ya existían antes de que Vatsyayana se decidiera a escribir el Kama Sutra. Él conocía ya esas prácticas y era muy consciente de los escritos tántricos que precedían a su obra. En cierto modo, él tomó algunas ideas de allí, pero desechó completamente los aspectos espirituales más profundos del pensamiento tántrico.
Como vamos viendo en estos artículos, la práctica tántrica se centra fundamentalmente en la singularidad de cada uno de nosotros. Gracias a esas prácticas comprenderemos que somos seres completos y perfectos. Únicos. Las prácticas tántricas nos enseñan que nosotros no tenemos necesidad de otra persona para sentirnos completos, ya que la verdadera felicidad mental, emocional, espiritual y física procede de dentro de nosotros mismos, de la conciencia que tengamos de que el mundo en sí es una divinidad y de que todo lo viviente es parte de esa divinidad.
El aprendizaje del sexo tántrico puede cambiarnos la vida. Para ello, no es necesario contar con una segunda persona. El Tantra nos enseña que el sexo con nosotros mismos es también una forma de amor. Y con esa forma de amor también podemos unirnos con la energía universal. De un modo diferente, sí, pero uniéndonos al fin y al cabo.