Posturas del Kama Sutra
Tenemos interiorizado el estereotipo de que el Kama Sutra es, fundamentalmente, un catálogo de posturas eróticas. Y no es exactamente así. Gran parte del Kama Sutra consiste en una especie de asesoramiento detallado sobre cómo comportarse de una manera civilizada y cortesana según los cánones de la antigua India. Para nosotros, lectores actuales, gran parte de este libro nos puede parecer irrelevante y, en determinados capítulos, incluso ofensivo. Hay capítulos sobre la prostitución, capítulos sobre cómo seducir a muchachas muy jóvenes, casi niñas, o a mujeres de otros. Incluso hay indicaciones para saber cómo utilizar intermediarios que nos permitan acceder a un harén. Hay que pensar que está escrito desde una determinada mentalidad de un momento histórico y cultural muy diferente al nuestro.
Mallanaga Vatsyayana fue un anciano religioso y devoto. Su estilo de escritura y el contenido de su obra sugiere un hombre muy experimentado en las cosas mundanas; pero hoy, 1600 años más tarde, resulta muy difícil ponerse en su piel e intentar comprender o saber cómo pensaba realmente. Hay muchos aspectos que pueden chocarnos y puede resultar prácticamente imposible comprender ciertas contradicciones que se dan en el interior del libro. Por ejemplo: el papel que la mujer desempeña en la sociedad, en el seno de la pareja y en el encuentro erótico. Por un lado, la mujer aparece socialmente subordinada. Por el otro, es objeto de reverencia y casi divinizada durante todo el libro.
El enfoque del Kama Sutra se centra fundamentalmente en las relaciones heterosexuales y en la penetración heterosexual, pero el libro también analiza las relaciones sexuales entre hombres y hombres y entre mujeres y mujeres, y también se refiere a los hombres y mujeres que practican sexo anal. Estas posiciones pueden ser aplicables a todos los tipos de relaciones sexuales que las personas deseen tener. Después de todo, la variedad de posturas que ofrece el Kama Sutra debe ser una oportunidad de crear un flujo de amor, energía y afecto entre tú y tu pareja. Si estás cansado, aburrido o incómodo con una postura, puedes buscar en los conocimientos que te aporta este libro diversas alternativas para conseguir un nuevo aliciente, una nueva excitación o, tal vez, algo más relajado que no te deje el cuerpo quebrado. Después de todo, ni todos somos contorsionistas ni tenemos la preparación física adecuada para según qué “heroicidades”.
El sesenta y cuatro
El Kama Sutra, el Loto y otros textos eróticos a menudo se refieren al “64 “. Muchas personas piensan que esto debe referirse a la cantidad de posturas descritas, pero eso no es cierto. Hay mucho menos de 64 posiciones en el Kama Sutra y muchos antiguos escritores parecen estar en desacuerdo con lo que “el 64” es en realidad.
Vatsyayana muestra una lista de las 64 “artes” que los hombres y las mujeres deben poseer para ser atractivo a los ojos de los demás. Entre estos se incluyen los siguientes: el tatuaje, el tinte, los dientes, el canto, la ornamentación floral, la química, la mineralogía, la fijación de los cristales en el suelo y el conocimiento de idiomas y dialectos. Algunas de estas cosas pueden sonarnos más o menos interesantes, pero… ¿sexis? ¿Te pone o produce algún tipo de excitación imaginar a tu pareja colocando teselas de vidrio en el suelo? Si fuera así, el tuyo sería un caso muy interesante (y por supuesto respetable) de fetichismo.
Al igual que los autores modernos, Vatsyayana dependía en gran medida de escritores anteriores y reconoce a menudo en su texto estar en desacuerdo con algunas de esas ideas que le habían llegado de tiempos y autores pretéritos. Que, pese a ello, las recoja, es fundamental, pues nos permite acceder a un conocimiento que, probablemente, de otro modo hubiéramos perdido.
Las posturas que iremos describiendo están contenidas no sólo en el Kama Sutra, sino también en otros textos más actuales, como el Ananga Ranga, que fue escrito unos mil años después de nuestro libro de referencia en cuanto a posturas eróticas se refiere.
Como no todos tenemos la habilidad de una contorsionista hindú las diversas posturas que iremos recogiendo se han “graduado” según su mayor o menor grado de dificultad. El Nivel 1 es muy relajado y requiere muy poco esfuerzo por parte de cualquiera de los miembros de la pareja. El Nivel 2 requiere un esfuerzo algo mayor, pero al alcance de todos. No exige demasiado físicamente, sólo algo básico. El Nivel 3, por su parte, es bastante acrobático, y posiblemente sólo es aconsejable para las personas muy flexibles. En estos textos, la acrobacia y la flexibilidad deben ser cualidades que debe ejercer la mujer. Así se recogerán aquí.
El 69
El tan afamado 69, en el que los dos miembros de la pareja se acuestan en orden invertido, es decir, con la cabeza de uno hacia los pies del otro y viceversa, se puede realizar de dos maneras: o con ambos miembros acostados de lado o con uno colocado sobre otro que está acostado de espaldas.
Hay muchas parejas que encuentran esta variante de sexo oral muy interesante y puede resultar una atractiva actividad en la que ambos son activos y pasivos a un mismo tiempo.
Tumbados de lado, el uno junto al otro, puede resultar una posición muy relajante, especialmente si uno apoya la cabeza sobre el otro, pongamos que el hombre sobre la mujer, mientras lame y acaricia su vulva mientras la mujer realiza lo mismo con el pene del hombre y con sus testículos. Ambos miembros de la pareja pueden tratar de elevar la rodilla superior y poner sus pies en el suelo hasta encontrar una posición que les resulte más cómoda a los dos.
La alternativa a esta posición, con uno de los miembros de la pareja acostado sobre su espalda y el otro arrodillado por encima de él, es una posición más dinámica y que permite muchos más movimientos. Si la mujer o el hombre (en caso de una relación homosexual) es el miembro de la pareja que está debajo, se puede conseguir una penetración mucho más profunda en la garganta, pero eso no siempre resulta confortable para todas las personas.