El mito de la monogamia y la fidelidad
¿Monogamia y fidelidad caminan de la mano? Sin duda, no. Sólo basta mirar las estadísticas. Unos 7,5 millones de hombres afirman haber sido infieles alguna vez en su vida. 4,5 millones de mujeres, por su parte, sostienen también haber sido infiel a su pareja en algún momento puntual de su existencia. Unos y otros alegan diferentes tipos de razones. Los hombres dicen haberlo sido por razones fundamentalmente sexuales. Querían más sexo y más variado. Querían experimentar nuevas sensaciones. Las mujeres justifican su infidelidad con motivos de carácter más emocional. Las mujeres que fueron infieles sostienen, en su gran mayoría, que notaban en falta mayores dosis de sensualidad y de romanticismo en su vida de pareja. Por eso decidieron ser infieles. De una forma o de otra, por unos o por otros motivos, lo cierto es que la infidelidad está ahí, rompiendo ese mito heredado de la literatura romántica y del historia del cine de la monogamia fiel.
Ésta fue una de las conclusiones apuntadas en el transcurso del XII Congreso Español de Sexología, celebrado entre el 14 y el 16 de noviembre pasado en Córdoba, por la doctora Miren Larrázabal, Psicóloga Clínica y sexóloga, Presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología y Presidenta del Congreso. Larrazábal, citando al escritor Noel Clarasó, apuntó que “las parejas no se separan porque discuten, sino porque bostezan”. Frente a ese bostezo derivado de la rutina, muchas personas optan por la infidelidad.
La pareja abierta
Frente a la hipocresía moral que siempre lleva consigo la infidelidad, Larrazábal señala la que puede ser una solución que pueda combinar las dos principales motivaciones psicológicas del ser humano en cuanto a las relaciones de pareja o sexuales se refiere. Por un lado, el hombre aspira a una seguridad afectiva. Por el otro, se siente atraído por la novedad sexual. ¿Cómo combinar ambas motivaciones psicológicas sin caer en el lodazal de la infidelidad? Manteniendo lo que se acostumbra a llamar una “relación abierta”. Apostando, en definitiva, por un nuevo modelo de pareja que permita la recomposición y la creación de un nuevo tipo de experiencia. No hace falta recalcar que para mantener ese tipo de relación abierta es necesaria una nueva educación que ayude a lidiar con los celos o la desconfianza o la inseguridad o el miedo a perder a la pareja.
La pareja, de hecho, fue uno de los temas centrales del Congreso y de sus diferentes conferencias, simposios o mesas redondas en los que se trataron temas muy variados como pueden ser los derechos sexuales de las personas, la transexualidad, la sexualidad de personas con diversidad funcional, la moda cada vez más extendida de la cirugía íntima, las posibilidades que ofrecen los medios de comunicación respecto a la educación sexual, la relación existente entre la menopausia y la sexualidad y los diferentes aspectos que influyen en la disfunción eréctil y la eyaculación precoz.
La inhibición del deseo
El cambio del rol del hombre en la relación sexual fue otro de los aspectos tratados en el Congreso. El hecho de que se haya extendido socialmente la visión de que el hombre debe “cumplir en la cama” hace que el hombre, cada vez más, se vaya acercando al sexo de manera temerosa. La inhibición sexual masculina, ese miedo al desempeño de la actividad sexual, es la consecuencia directa más importante de esa imposición de “cumplir en la cama”. El deseo sexual masculino se vuelve entonces hipoactivo porque el hombre teme quedar mal con su pareja. Una vez más, la educación o la intervención de algún sexólogo se revela como un medio importante para que esa persona pueda volver a disfrutar de su sexualidad y a no temerla.
También lo es, a la hora de solucionar conflictos de pareja, el papel desempeñado por el coaching de parejas. Esta figura, que acostumbra a centrar su trabajo en la potenciación de la autoestima de cada uno de los miembros de la pareja para que, así, pueda aportar lo mejor de sí mismo a su relación, centró una de los múltiples talleres que se celebraron durante el XII Congreso Español de Sexología. También se celebraron talleres sobre cocina erótica, sobre el baile como instrumento de seducción, sobre literatura erótica (también se presentaron diversos libros de sexología), sobre masaje sensual o sobre los cada vez más utilizados (Cincuenta sombras de Grey tiene buena parte de culpa) juguetes eróticos.
Otro de los momentos destacados del Congreso fue el nombramiento de Pedro Zerolo, Secretario de Movimientos Sociales del PSOE, como presidente de honor de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS) por su apoyo a la sexología como ciencia y a la promoción de la salud sexual. La FESS, que se marcó como objetivo desde su fundación la promoción de la cultura sexual en el ámbito cultural español y el estudio de los hábitos sexuales , así como la defensa de la libertad sexual de las personas, está integrada por casi 2000 profesionales y más de 130 sociedades de estudio sociológico.