Quizás no seas un fan de que la mujer se ponga encima de ti. Quizás no te guste que, en esa postura, ella tenga un control completo de la situación. Piensa que, estando arriba, ella puede controlar la profundidad y el ritmo del cabalgamiento. Estando arriba, ella puede, también, acomodar su cuerpo de manera que tu pene estimule su punto G o su clítoris no sea olvidado en esa tarea estimulatoria que, a buen seguro, acabará con un fantástico orgasmo.

¿De verdad no eres un fan de esta postura? Pues deberías tenerla muy en cuenta. Y disfrutarla. Esta postura erótica te permite relajarte física y mentalmente. También te permite disfrutar de una visión muy excitante de tu pareja. Esta postura te permite contemplar su placer y, lo que es más importante, hace que te resulte más fácil controlar el orgasmo. Así puedes esperarla. Si todos estos motivos no te convencen vamos a añadirte la posibilidad de jugar con un vibrador para, así, sumar un incentivo más a tu deseo de probar esta postura.

Aunque a las parejas les gusta mirarse a los ojos mientras practican esta posición, no debemos desdeñar, para añadir más picante, el uso de una venda. Precisamente porque esta posición no exige mucha actividad por parte del hombre vamos a hacer que dicha actividad se reduzca a la mínima expresión. Poniendo una venda en tus ojos se te exige ser completamente pasivo. Esto te permitirá disfrutar plenamente de otros sentidos, algo a lo que, probablemente, no estás acostumbrado. Podrás oír, oler y sentir a tu pareja. Y la posibilidad de verla dependerá de tu fantasía y de su ayuda. Si ella te quita la venda de los ojos justo antes de correrse, la imagen de su rostro será un regalo maravilloso para ti.

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Se puede también echar mano del estimulador de clítoris o de pezones para aumentar las sensaciones de tu pareja mientras está encima de ti, cabalgándote. Casi cualquier vibrador te servirá para ser usado en esta posición. Siéntete libre de probar cualquier juguete. Con un vibrador de vibraciones fuertes sentirás las vibraciones incluso en tu pene cuando esté metido en su vagina.

Uso del vibrador

Para usarlo de un modo adecuado y extraer de él el máximo partido, sigue las instrucciones que vamos a darte.

Ten el juguete enchufado y al alcance de tu mano. Haz que tu pareja se acueste sobre su espalda. Véndale los ojos.

Ve poniendo a tono sus sentidos. Que él sienta y empiece a comprender que va a ser maravillosamente excitante que subas encima de él y lo cabalgues. Acaríciale, susúrrale cosas al oído, con tus senos y tus pezones realiza trazos de caricias sobre su vientre y su pecho, excítale con la lengua. Súbete encima de él y frota su polla con tu vulva a lo largo de él. Cuando ambos estén preparados para la penetración (tú húmeda y él en erección), aplica un poco de lubricante en su verga, con la mano, moviéndola hacia arriba y hacia abajo. Habla con él durante todo este proceso. Explícale lo que estás haciendo. Aunque él lo sepa y lo sienta, el oírtelo contar aumentará su excitación sexual.

Dobla las piernas y baja lentamente hacia su pene hasta que termines de rodillas. Introduce su pene en tu vagina. Tú tienes ahora el control absoluto del movimiento. Busca la profundidad que te gusta. Busca el ritmo que te haga sentir más placer. Si te inclinas hacia atrás, muy probablemente su rabo excitará tu punto G. Si te inclinas hacia adelante, podrás presionar con tu clítoris sobre su cuerpo. Si quieres estimular tu clítoris, haz movimientos laterales. Son mucho más efectivos que el típico movimiento de cabalgada.

Cuando estés colocada en situación vertical respecto al eje del pene, sube hasta casi sacarlo de ti y vuelve a bajar. Exprime tu músculo PC en cada golpe para que la presión sobre el pene sea mayor. Usa las manos y los pechos para mantener el contacto con el cuerpo de tu pareja hasta que estés lista para activar el vibrador.

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Con los ojos de tu pareja todavía vendados, coge el vibrador y colócalo suavemente sobre la base del pene, en esa parte de él que permanece fuera de tu coño. Si esa vibración directa resulta demasiado para él, si le molesta o le lleva al borde del orgasmo, coloca tus dedos sobre su polla y el vibrador encima de ellos. Retira la venda de sus ojos para que pueda ver y, a continuación, coge el vibrador y, a la velocidad deseada (seguramente una velocidad baja, la mayor parte de las mujeres lo preferís así), coloca la cabeza del mismo contra el clítoris y continúa empujando, experimentando con encendidos y apagados alternativos.

Tu pareja debe sentir en el pene la vibración. Esta debe llegarle a través de tus paredes vaginales. También puedes hacer que el vibrador, de tanto en tanto, realice una pequeña excursión desde tu clítoris a su polla para regalarle un pequeño zumbido directo y sin intermediarios. Inclínate hacia adelante e invítale a jugar con tus tetas. Seguramente los acariciará con gusto. Eso le hará sentirse un poco menos pasivo. Y seguro que tú agradeces, también, las caricias que él pueda ir dejando en tus pechos y pezones. Seguro que realiza algún esfuerzo para alcanzarlos con la boca. Déjale hacer mientras sigues jugando con tu vibrador preferido.

También puedes cabalgarlo al revés. Es decir: puedes montarlo mirando hacia sus pies. Esto permitirá que él posea una espléndida visión de tus nalgas y de su pene dentro de ti, algo que puede resultarle muy excitante. Esta posición, además, te permita otra cosa: una sencilla utilización del vibrador sobre sus testículos.

Quizás tu pareja te pida el no usar la venda. Quizás desee contemplar toda tu acción sobre él sin renunciar al sentido de la vista. Concédeselo.

También puede suceder que tu pareja te pida que sea él quien maneja el vibrador. ¿Por qué no? Enséñale cómo hacerlo. Guíale. Todo lo que él aprenda será bueno para ti. Tus sensaciones serán más placenteras y él conocerá mucho mejor tu cuerpo y sus reacciones. Esto permitirá que pueda proporcionarte más placer en vuestros juegos eróticos y en vuestros instantes de sexo.

No os limitéis a jugar siempre con el mismo juguete erótico. Añadid variantes. Puedes echar mano de un vibrador de dedo. O de un masajeador de pezones. O de un anillo vibrador para él. El caso es divertirse. Y gozar.