Hay libros que nunca pasan de moda. Clásicos entre los clásicos, perviven al paso de las diferentes generaciones y, de tanto en tanto, vuelven a estar de moda. El Kama Sutra es, sin duda, uno de ellos. De tanto en tanto, los amantes del placer y del erotismo volvemos a fijar nuestra mirada en él. Lo hacemos, sin embargo, sabedores de que muchos de los contenidos presentes en esta obra milenaria son fruto de su tiempo y que, por tanto, en los tiempos que corren están trasnochados. Por eso agradecemos cualquier trabajo que se haga para actualizar los contenidos del Kama Sutra y por eso, también, aplaudimos el trabajo de la periodista francesa Lucile Bellan.
¿Quién es Lucile Bellan? Una periodista autodidacta que se declara poliamorosa y que ha realizado una actualización del tradicional Kama Sutra desde una perspectiva feminista e igualitaria. Tal y como figura en la contraportada de la obra, el Kama Sutra de Lucile Bellan “invita al diálogo, al descubrimiento erótico de la sensualidad y a la exploración del placer compartido”.
Según palabras de la propia Lucile Bellan, era necesario poner el Kama Sutra al día. No en vano, las relaciones entre hombres y mujeres han cambiado extraordinariamente a lo largo de estos siglos y ha cambiado, también, el conocimiento que se tienen del cuerpo humano. Para empezar, cuando el maestro Vatsyayana escribió el Kama Sutra original, el mismo que tantas veces ha sido versionado, no se tenía ni idea de la existencia del clítoris ni, sobre todo, del papel fundamental que éste desempeña en el proceso de excitación de la mujer y en su orgasmo. Aunque, ciertamente, en los tiempos en que Vatsyayana escribió su famoso manual de sexualidad el orgasmo de la mujer importaba poco.
El Kama Sutra de Lucile Bellan es, en cierto modo, un homenaje a su antepasado. Por eso (y porque hay cosas que, en el sexo, tampoco han cambiado tanto a lo largo de la historia) hay temas comunes entre el Kama Sutra del maestro Vatsyayana y el de Lucile Bellan. Pero la autora francesa, hija de nuestro tiempo y declarada feminista, le da al viejo Kama Sutra una luz de modernidad que le viene muy bien a la obra. En su versión del Kama Sutra, Bellan da cabida a prácticas sexuales contemporáneas, prácticas que en los tiempos de Vatsyayana no eran concebibles. Así, en las páginas de el Kama Sutra de Lucile Bellan se invita a experimentar con juguetes eróticos y accesorios que pueden servir para incrementar el número y la intensidad de las sensaciones placenteras que se experimentan durante la práctica sexual. Vibradores, utensilios para acariciar, etc. tienen cabida en esta visión actualizada del Kama Sutra.
Lucile Bellan recoge también en su Kama Sutra un consejo que nunca debería obviarse y que siempre habría que tener presente. Ese consejo tiene que ver con la comunicación en el seno de la pareja. Y es que la comunicación sincera, alegre, honesta y sin tabúes entre los miembros de la pareja respecto a lo que a uno/a le gusta o le podría, en un momento determinado, gustar, es fundamental para enriquecer dicha relación, para dar nuevas alas a la misma y para hacerla más gozosa y placentera. La sexualidad, apunta Bellan, debe verbalizarse, debe discutirse. Un cunnilingus o una felación, por ejemplo, serán mejores si las dos partes de la pareja verbalizan qué es exactamente el tipo de estímulo que, al llevar a cabo estas prácticas de sexo oral, más les excita a cada uno de ellos y más les gusta realizar al otro.
Quien se acerque al Kama Sutra de Lucile Bellan… ¿qué puede encontrar en él? Para empezar, no menos de 60 posturas eróticas y de prácticas sexuales muy variadas. En este Kama Sutra 2.0 podemos encontrar desde besos hasta tríos, pasando por caricias dadas con plumeros y otras prácticas, todas ellas plasmadas de una manera elegantísima en unas ilustraciones realizadas por la artista Petit Bohème y que destacan por su frescura, su aire desacomplejado y su naturalidad. En los dibujos que ilustran el Kama Sutra de Lucile Bellan no encontraremos esos grandes penes que en demasiadas ocasiones (para trauma de hombres inseguros) parecen salidos de un delirio porno y tampoco cuerpos femeninos de proporciones perfectas. Aquí caben las estrías y aquí, sobre todo, se persigue una sexualidad más igualitaria y más diversa.
Para finalizar, hay que destacar que, en el Kama Sutra de Lucile Bellan, el disfrute de la sexualidad y la práctica sexual no se limita al acto simple y prácticamente animal de la penetración. Bellan deja bien claro en su obra que la parte sexual del cuerpo no se corresponde única y exclusivamente con la genitalidad del mismo. Se es cuerpo desde la coronilla hasta la planta de los pies y, por tanto, todo esa extensión corporal es susceptible de ser estimulado cuando de gozar del sexo se trata. Para ello, sin embargo, hay que romper muchos estereotipos y muchos prejuicios. A ello intenta ayudar Lucie Bellan con su versión del Kama Sutra en este 2020.