Las medias, objeto fetichista
Ya sabemos que convertir la sexualidad en un juego puede ser una excelente manera de enriquecer nuestra vida sexual. Desdramatizar todo lo que tenga que ver con el sexo, desposeerlo de esa sacralidad que en ocasiones lo envuelve y volver a él como el niño que, recién asomado al mundo, quiere descubrir sus secretos, es el mejor camino para disfrutar más y mejor de él. Igual que ese niño que se encandila con un cuento o una serie de dibujos animados y que inventa sin parar historias con sus muñecos, así deberíamos los adultos convertir a la imaginación en protagonista absoluta de nuestra sexualidad. Esa, quizás, sería la mejor manera de convertirla en un juego y, por lo tanto, en algo muy entretenido.
En esta sección venimos proponiendo durante mucho tiempo todo tipo de juguetes eróticos que ayuden a incorporar a nuestras relaciones sexuales ese aspecto lúdico del que hablamos. Hemos hablado de dildos, de vibradores, de plugs… Hemos destacado la función enriquecedora que, para nuestra masturbación, pueden tener los masturbadores. En este post vamos hablar de una prenda que, vista imaginativamente, puede convertirse en un fantástico juguete erótico. Esa prenda es la media.
Que la media está envuelta por un halo de fetichismo es algo que nadie puede negar. Artistas de la fotografía fetichista como Elmer Batters, por ejemplo, la han convertido en parte imprescindible de su obra.
De rejilla, tipo seamless, de corte francés, con el panty cortado en forma de tanga, más o menos transparentes, con estampados o sin ellos, de color champagne, de tonalidades verdes, rojas, azules o amarillas, con silicón en el elástico o con liga y liguero, con talón cuban, french o havana… el catálogo de medias que una mujer puede encontrar en el mercado es inacabable y todas ellas sirven para, de un modo u otro, realzar la belleza de la pantorrilla, el tobillo y el muslo femenino. Por eso la lencería erótica es una de las grandes armas de las que una mujer dispone para atraer la mirada de los hombres. Las medias, cumpliendo es función, se convierten en objeto de adoración de muchos hombres. Y sin duda lo será mucho más cuando esa media se convierta en un magnífico juguete erótico.
Para utilizar una media como juguete erótico no hace falta utilizar una media especial. Hasta puede servirnos alguna que tenga una carrera. Utilizar una de estas medias como juguete erótico puede ser una excelente excusa para librarla del cubo de la basura.
Juegos eróticos con medias
¿Qué podemos hacer con unas medias más allá de la simple función embellecedora que ya cumplen?
Podemos, por ejemplo, utilizarlas para prácticas bondage. Un bondage suave, lógicamente. Con las medias podremos atar a nuestra pareja. ¿No te resulta excitante pensar que las mismas medias que has quitado a tu pareja (o que tu pareja se ha quitado mientras bailaba para ti un seductor striptease) pueden servir para atarla a la cama? Al utilizar las medias como cuerdas bondage, sin embargo, hay que tener cuidado con la fuerza con que se realizan las ataduras. Las medias pueden causar molestias si el nudo se hace demasiado fuerte.
Las medias, también, pueden servir como excelentes vendas para los ojos. Las mismas medias que se han quitado pueden servir para vendar los ojos de una mujer o un hombre que, privado de la visión, puede experimentar las excitantes e intensas sensaciones que suelen acompañar a cualquier juego erótico en el que intervenga la privación sensorial.
Las medias pueden ser un elemento fundamental dentro de la relación sexual de la pareja cuando ésta intenta realizar un juego de rol. Caperucita con medias, una seductora azafata de vuelo, una secretaria, una maestra… cualquiera de estos roles puede verse reforzado gracias al uso de unas medias que den verosimilitud al personaje y añadan un toque sexy a su imagen.
Las medias, complemento fundamental de la imagen femenina, se convierte en elemento capital para todos aquellos hombres a los que les guste practicar lo que se conoce con el nombre de crossdressing, es decir, el adoptar la indumentaria asociada tradicionalmente al mismo sexo. Las motivaciones que pueden llevar a un hombre a vestirse de mujer en el seno de una relación sexual pueden ser variadas y no compartidas entre diferentes hombres. Desde el puro juego a una pulsión transexual latente pueden ser muchos los motivos que impulsen a un hombre a vestirse de mujer y a disfrutar con ello. Sea como fuere, lo cierto es que las medias son, para los crossdresser, un complemento imprescindible.
Otra opción de juego que las medias ofrecen como juguete erótico es la de utilizarlas para masturbar a la pareja. Lubricadas, el tacto de la media puede resultar muy agradable y sensual para el pene, que disfrute así de una estimulación especial y muy efectiva.
Muy estimulante puede resultar, también, el utilizar las medias mientras se está en el baño. La mezcla de agua, jabón y el tejido de la propia media puede resultar especialmente sensual para la mujer que quiera disfrutar de un baño erótico sola o en compañía.
Finalmente, puede resultar muy erótico añadir un toque de violencia al acto erótico para, rompiendo esas medias que la mujer debe llevar puestas al iniciar dicho acto sexual, dejar al aire esas partes de la anatomía femenina a la que el hombre desea acceder.