El Kamasutra ha sostenido la fascinación de las masas desde la década de 1800. Es un libro de sexo escrito alrededor siglo III por un monje hindú, el maestro Vatsyayana, pero que en muchos aspectos sigue siendo válido hoy en día aunque la mayoría de las personas tengan una idea equivocada de lo que es.
Si saliéramos a la calle y preguntáramos “¿qué es el Kamasutra?”, la inmensa mayoría de las personas nos contestarían: “un libro de posturas sexuales“. Y siendo eso, también es mucho más.
Configurado como una obra dramática para los estándares indios, el contenido de este famoso manual es un compendio de instrucciones que deberían ser tenidas en cuenta todas las fases de una relación.
Los diferentes actos (partes) del Kamasutra llevan al lector a través de la vida de un hombre de casta alta. Ese protagonista se convierte en un conocedor del acto sexual, aprende a cortejar y a tratar a una virgen, se casa con una o más esposas y luego se cansa de ellas, seduce a las mujeres de otros hombres, se cansa de la actividad y los movimientos de las cortesanas…
El último acto de esta obra inmortal representa las opciones que un anciano tiene cuando ya no es capaz de mantener una erección. En el libro se recogen diferentes hechizos mágicos y afrodisíacos que están a disposición de ese anciano.
Lógicamente, no todos los consejos que se dan en este manual son aptos para ser aplicados en una vida ordinaria de la gente del siglo XXI, pero muchos de los conceptos en que se basan aún están vigentes. Los hombres todavía desflorar vírgenes y muchos compran Viagra, el medicamento que ayuda a mantener una erección durante un máximo de cuatro horas.
En cualquier caso, la persona media no puede seguir todos los pasos de este libro, pero tanto los hombres como las mujeres encontrarán interesantes alguno de ellos. Sólo por esta razón, el Kamasutra sigue siendo el manual de sexo por excelencia.
A continuación vamos a hablaros un poco de su historia.
Las versiones de un manual de sexualidad
Son innumerables las versiones y manuales de sexualidad que se han basado en este texto indio desde la década de 1960. No hay quien no haya oído hablar alguna vez de las posturas Kamasutra.
La primera edición impresa en occidente data de 1883. Su autor fue Sir Richard Francis Burton. Amante de todo lo oriental, quien había sido cónsul en la India contó con la ayuda de la Sociedad Kama Shastra, un club muy exclusivo y misterioso que publicó literatura erótica.
Las duras leyes de censura que imperaban en Inglaterra durante la época Victoriana exigían máxima precaución y discreción para proteger a los individuos de la sociedad, al decir de los censores, de todo tipo de daños. Por estas razones, mientras que el libro es considerado como “uno de los libros más pirateados del idioma ínglés”, su contenido no era parte del conocimiento común de la opinión pública.
La década de 1960 presentó una ambiente abierto y acogedor para la obra en particular y para todo lo oriental en general y el libro escrito por el maestro Vatsyayana se convirtió en un tema de conversación para las masas. Esto estimuló las muchas versiones resultantes del texto y que, quien más quien menos, hablara de las posiciones del Kamasutra.
Consejos sexuales para mujeres
El Kamasutra fue pensado para ser leído por los hombres y las mujeres. Durante el siglo III, sólo los hombres de castas superiores se les permitió leer el sánscrito. Sin embargo, sabemos que algunas mujeres sabían leer durante este período de tiempo.
Los estudiosos del siglo III sostenían que las mujeres no debían leer pues nunca serían capaces de comprender la información. Estaba más allá de sus capacidades.
Vatsyayana, autor de la obra, argumentó sin embargo que las mujeres debían entender el acto sexual y debían saber llevarlo a la práctica. Ese motivo, argumentaba, debía bastar para que las féminas pudieran leer su libro o, cuanto menos, pudieran disfrutar de una sinopsis o recibir clases sobre él.
El argumento utilizado por el autor de este tratado de sexo para defender el que las mujeres tuvieran acceso a los conocimientos recogidos en él era el siguiente: si una mujer perdía a su marido y no tenía parientes para apoyarla, debería dedicarse a la prostitución. Viéndose obligada a ello, su obra le proporcionaría conocimientos suficientes para poder desenvolverse en la profesión.
El conocimiento de las enseñanzas del Kamasutra, además, argumentaba Vatsyayana, serviría para aumentar el placer masculino.
Esta es la razón por las que el maestro indio agregó partes de su libro dirigido exclusivamente a las mujeres. En ellas, por ejemplo, se les daba información sobre la manera de fingir un orgasmo con el fin de no herir los sentimientos de las proezas de los caballeros.
El texto también incluye fragmentos y recomendaciones sobre cómo seducir al marido, sobre la forma de enviar señales de estar dispuesta a copular y sobre cómo comportarse en el caso de descubrir una infidelidad conyugal masculina.
El peculiar feminismo de Vatsyayana se elevaba hasta sus cotas más altas en un apartado en el que “enseñaba” a las mujeres a librarse de sus amantes si ése era su deseo. Sin duda, este tipo de información aún puede ser útil para muchas mujeres.