¿Dónde realizar un masaje?
Antes de comenzar un masaje es importante preparar el lugar en el que el masaje va a realizarse. El espacio del masaje debe ser un lugar relajante que ayude a potenciar la función relajante que debe tener todo masaje que se precie.
La creación de un espacio confortable y privado es capital. Ese espacio de masaje debe ser algo así como un espacio sagrado. En él, la temperatura y el silencio son dos factores determinantes. El lugar elegido para realizar un masaje dependerá, finalmente, del gusto de cada cual. Hay personas que gustan de recibir el masaje al aire libre. Entre éstas, unas prefieren los rincones de sol y otras, los de sombra. Otras personas, sin embargo, optarán por elegir un lugar más recogido y, seguramente, privado. Para ello servirá, quizás, una habitación determinada de la casa o un rincón junto a la chimenea. En cualquier caso, tanto si es en el exterior como en el interior, el lugar escogido para realizar el masaje debe resultar cómodo tanto para el que lo da como para el que lo recibe.
Si se elige realizar el masaje fuera, al sol, es importante contar con la ayuda de una sombrilla para evitar que los rayos del sol impacten directamente sobre dador y receptor del masaje. Hay que pensar que los rayos de sol, actuando sobre el aceite de masaje, puede ocasionar algún tipo de quemadura en la piel.
Si se elige un lugar interno, hay que procurar desconectar el teléfono fijo para evitar cualquier llamada imprevista que suponga una interrupción del masaje. Hay que cortar, durante el tiempo de realización del masaje, cualquier tipo de contacto con el exterior. Ese tiempo es el tiempo del masaje. Él se debe convertir en el protagonista y la actividad única de este tiempo. Nada peor que un timbrazo telefónico cuando se está profundamente relajado.
Para que dicha relajación esté asegurada, y si hay otras personas en la casa en el que el masaje va a realizarse, es importante escoger una habitación que no sea de paso. Que nadie pase ni entre en dicha habitación mientras se realiza el masaje resulta capital para el alcance y mantenimiento de ese estado de relajación que, en definitiva, todo masaje persigue.
Pon una música suave y suaviza la iluminación del espacio del masaje. Para ello, sírvete de algunas velas. Si estas velas son velas aromáticas, mucho mejor. Los aromas de las velas servirán para crear un ambiente sensual en el espacio del masaje.
Hay personas y parejas a las que puede gustarles realizar un altar en el espacio del masaje. Este concepto del altar en el espacio de masaje, tomada de las más arraigadas tradiciones tántricas, ayuda a reforzar la idea de intimidad de la pareja. En el altar pueden colocarse objetos que la pareja considere especiales. Pueden servir piedras recogidas en sitios queridos, piezas de arte, estatuas o figuras, objetos encontrados, fotografías, etc. Todo ello debe servir para crear ese espacio en el que la pareja pueda vivir un tiempo de unidad, alejada de todo.
La mesa de masaje
Para dar un buen masaje no hay nada como disponer de una mesa de masaje. Hay mesas de masaje muy económicas que pueden comprarse on line. También puedes ir a un centro de masajes o a una escuela de masajes de tu zona. Tal vez tengan algún viejo modelo que no usen y que pueden venderte a buen precio. Si no dispones de espacio suficiente como para dejar una mesa de masaje fija en un lugar, busca una mesa de masaje plegable de aluminio que puedas guardar cuando no la necesites.
Las mesas de masaje suelen venir con un soporte frontal desmontable que sirve para que la persona que va a recibir el masaje pueda apoyar su cabeza evitando dolores de cervicales o en el cuello por tener la cabeza en una posición inadecuada.
Para utilizar la mesa, lo ideal es cubrirla con una toalla o una sábana suave. Las sábanas de franela son muy apropiadas en climas fríos. Es importante también que se cubra de alguna manera aquella zona en la que va a situarse la cara. Disponer de un cabezal de espuma o plástico para que la persona que va a recibir el masaje pueda apoyar sus tobillos cuando esté tumbado boca abajo es algo que también hay que tener en cuenta. Si no se dispone de un objeto de ese tipo puede optarse por utilizar una almohada. Colocarla bajo la sábana servirá para evitar que se ensucie o manche. Este punto de apoyo de los tobillos ayudará a eliminar la presión en la parte baja de la espalda. La altura del mismo dependerá de la comodidad del receptor del masaje. Hay personas que prefieren que sus tobillos descansen directamente sobre la mesa. A estas personas les gusta que sus pies queden en el aire, al final de la mesa. Cada pareja de masajista y masajeado debe escoger la opción que sea más de su agrado.
Escogido y preparado el espacio del masaje y acondicionada la mesa de masaje, ya puede iniciarse ese tiempo mágico en el que el masaje centra los actos y pensamientos de la pareja.