En muchos artículos de nuestro espacio dedicado a los juguetes eróticos lo hemos comentado: la práctica totalidad de ellos, para ser usados, deben contar con la ayuda inestimable e insustituible de los lubricantes íntimos. Éstos, además, ayudan a compensar la falta de lubricación natural que podría darse en determinadas circunstancias. Sin esa lubricación, muchas relaciones sexuales podrían convertirse en una experiencia dolorosa o, cuanto menos, molesta.
En gran medida, la gente es cada vez más consciente de la importancia que tienen los lubricantes íntimos. Los datos de venta de los mismos lo corroboran. No en vano, los lubricantes íntimos son el producto erótico más vendido. Esto, que debe ser valorado, en líneas generales, muy positivamente, tiene una vertiente digamos “dificultosa” para el comprador, y esa vertiente “dificultosa” de la que hablamos es que, siendo el lubricante íntimo un producto tan necesario y tan solicitado, son muchas las empresas que se dedican a su fabricación y comercialización. El comprador, por tanto, se encuentra con un amplio abanico de opciones de compra cuando decide hacerse con un lubricante íntimo. Y un amplio abanico de posibilidades de compra implica, en buena medida, un amplio listado de dudas para el comprador. En este artículo daremos una serie de consejos básicos para saber qué lubricante íntimo escoger para cada situación.
Respeto al preservativo
El primer requisito que debe cumplir un lubricante íntimo es un requisito doble exigido, sobre el papel, por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para la OMS, el lubricante íntimo debe proporcionar un efecto duradero y debe respetar la integridad del preservativo, es decir: no debe afectar al condón. Y es que, hay que tenerlo en cuenta, hay lubricantes íntimos que, por los ingredientes con los que están hechos, pueden dañar al látex del preservativo y, de ese modo, boicotear la función protectora que todo condón debe cumplir, tanto a la hora de evitar un embarazo no deseado como a la de impedir el contagio de una enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Para evitar que el lubricante íntimo elegido pueda dañar al preservativo, elegiremos un lubricante con base al agua. Otro tipo de lubricante que no daña al condón es el lubricante de base de silicona. La densidad de este tipo de lubricante íntimo, además, lo convierte en el más indicado tanto para practicar sexo anal como para ser utilizado cuando la relación sexual tiene lugar en el agua. El lubricante de base de silicona es también el lubricante más útil cuando la menopausia es la causante de la falta de lubricación natural o cuando la mujer padece algún tipo de ardor o de sequedad vaginal.
Otra de las circunstancias que pueden concurrir a la hora de escoger un lubricante íntimo es que la persona que lo escoja desee alcanzar, con su elección, dos objetivos. Uno, que se resuelva un posible problema de sequedad vaginal. Dos, que el lubricante escogido no afecte a los espermatozoides porque lo que se busca con el acto sexual es, además de experimentar el placer que toda relación sexual lleva implícito, que la mujer quede embarazada. En este caso se debería elegir un lubricante íntimo con base acuosa, ya que es el único que no afecta a los espermatozoides y que, por tanto, permite (o, cuanto menos, no impide) que éstos cumplan con su función fundamental. Al escoger un lubricante íntimo con base acuosa se deberá tener presente que deberá ser reaplicado cada cierto tiempo, ya que, debido a su formulación, tiende a evaporarse. En ese sentido, los lubricantes con base de silicona o los que tienen base aceitosa son más duraderos. Los primeros, sin embargo, no deben ser utilizados cuando se utilizan juguetes eróticos de silicona, pues la base de silicona del lubricante íntimo acaba dañando a la silicona del juguete erótico, lo que hace que éste pierda buen parte de sus prestaciones.
Sobre lubricantes caseros y pH
Un consejo que hay que tener siempre presente a la hora de escoger lubricantes íntimos es el de no utilizar, bajo ninguna circunstancia, lubricantes caseros. Lo de la mantequilla, Marlon Brando, Maria Schneider y El último tango en París es solo una ocurrencia cinematográfica. Ni el aceite de palma, ni el de coco, oliva, soja, girasol o maíz son lubricantes íntimos. Tampoco el aceite de bebé. En ese sentido, escoger un buen lubricante íntimo es siempre una buena inversión. Después de todo, la decisión de escoger un lubricante íntimo de calidad no afecta solamente a nuestro placer. Puede afectar también, tal y como hemos visto, a nuestra salud.
Y es que, tengámoslo siempre presente, nuestra piel, al igual que sucede cuando usamos productos dermatológicos, puede ser muy sensible a determinados componentes presentes en la formulación de los lubricantes. Un lubricante que a ti te puede ir de maravilla a mí puede causarme escozor o algún tipo de prurito. Para comprobar si eso es así deberemos aplicarlo (al igual que haríamos si probáramos por vez primera un cosmético) sobre un trozo pequeño de piel.
Más allá de esta prueba tópica, antes de elegir un lubricante íntimo y comprarlo deberíamos tener en cuenta los siguientes consejos:
- Hay que evitar comprar lubricantes íntimos que tengan un pH superior a 7. Un pH vaginal alto aumenta el riesgo de padecer vaginosis bacteriana y aumenta la supervivencia del VIH. No hay que olvidar que el pH de la vagina oscila entre el 3,8 y el 4,5. El del recto, por su parte, oscila alrededor del 7. Si vamos a practicar sexo anal, elegiremos un lubricante íntimo cuyo pH oscile entre el 5,5 y 7. Si, por el contrario, vamos a practicar sexo vaginal, el pH de nuestro lubricante íntimo debe rondar el 4,5.
- Evitaremos comprar lubricantes íntimos con un contenido en glicol superior al 8,3%.
- Evitaremos elegir un lubricante íntimo cuyos niveles de propilenglicol sean excesivamente elevados, ya que no son pocas las personas que son alérgicas a esta sustancia humectante.
Teniendo en cuenta los diferentes factores a los que hemos hecho referencia en este artículo, podremos enfrentarnos a la tarea de elegir un lubricante íntimo sabiendo que el producto elegido no solo cumplirá con su función lubricante, sino que, además, velará por la salud de nuestras mucosas anales o vaginales, garantizando así que nuestra relación sexual será tan placentera como inocua para nuestra salud.