Bien sea por el éxito mundial e intergeneracional de la serie de novelas eróticas de la autora británica E.L. James alrededor de los personajes de Anastasia Steele y Christian Grey, bien por las sesiones de tuppersex que ofrecen muchos sexshops y empresas organizadoras de despedidas de soltera, lo cierto es que cada vez son más las personas que se deciden a introducir el uso de juguetes eróticos en sus prácticas y rutinas sexuales. Para ello ha sido necesario vencer un sinfín de tabúes. Esto se ha hecho especialmente patente en el caso de la mujer. Ésta, condenada a vivir bajo el yugo de una cultura machista y patriarcal, ha visto cómo, durante siglos, el papel que se le ha reservado en la sociedad es el de mecanismo de procreación. En dicha sociedad, el placer de la mujer no importaba y su rol sexual se limitaba a la satisfacción callada y obligatoria de las necesidades sexuales de su pareja. Pensar que una mujer podía ansiar el sexo por el mero hecho de querer disfrutar de él y de los placeres derivados de su práctica implicaba considerar a esa mujer como a un ser pecaminoso y carente de moral.
Los juguetes eróticos, cada vez más populares
Por suerte, esa manera de pensar ha ido perdiendo fuerza poco a poco como resultado de la lucha que contra ella se ha mantenido, de manera incansable, tanto desde los terrenos del feminismo como desde las lindes del progresismo y la cultura. Gracias a ello hoy, en nuestra sociedad, y más allá de los restos todavía y lamentablemente persistentes de un pensar retrógrado que, en muchas ocasiones, lo único que esconde es una arraigada misoginia, lo cierto es que la mayoría de la sociedad ha asumido que, al igual que el hombre, también la mujer debe gozar de la libertad de disfrutar a su antojo de su vida sexual y a vivir su sexualidad como buenamente le apetezca.
Asumida la esfera sexual de la mujer y aceptada esa libertad para vivir su sexualidad, el papel de los juguetes eróticos ha sido, también, progresivamente aceptado por hombres, mujeres y parejas. Si al principio la idea de juguete erótico estaba reducida a la existencia de lo que, de manera errónea, se llamaba consolador (porque se entendía, de forma machista, que su misión era única y exclusivamente paliar la falta de relaciones sexuales de una mujer), hoy en día el juguete erótico es mucho más que eso y la asunción normalizada de la práctica de la autoestimulación y los beneficios derivados de ella han hecho que el sextoy sea visto como un complemento más a la hora de gozar del sexo, un instrumento que puede servir para enriquecer nuestra vida sexual y para hacerla mucho más satisfactoria.
Dentro de este ambiente de normalización del uso de juguetes eróticos, y tal y como hemos apuntado anteriormente, cada vez son más las personas que han introducido los juguetes eróticos en su vida sexual. Para todas esas personas, sin embargo, existió una primera vez. Es decir: todas ellas tuvieron que tomar un día la decisión de escoger, entre todos los juguetes eróticos existentes en el mercado, uno que se ajustara a sus necesidades y a sus gustos.
El primer paso
¿Te estás planteando introducir, por vez primera, un juguete erótico en tus rutinas sexuales? Si tu respuesta es sí, a continuación vamos a darte una serie de consejos que esperamos te sirvan para escoger el primer juguete erótico de tu vida.
Para escoger el primer juguete erótico es necesario, como para todo en la vida, dar un primer paso. Ese paso debe conducirte, irremediablemente, a un sex shop. Ese sex shop puede ser, qué duda cabe, un sex shop físico. En él podrás contemplar los juguetes in situ y en él, también, podrás contar con el asesoramiento siempre especializado de los empleados del local. Si deseas conocer las prestaciones y la forma de uso de cualquiera de los juguetes eróticos que encuentres en él, dichos empleados te asesorarán adecuadamente. Por otro lado, si no tienes un sex shop cerca de casa o, simplemente, si te da pereza o quizás vergüenza dirigirte a él, puedes optar por dar ese primer paso para elegir el primer juguete sexual de tu vida hacia el terreno de lo virtual. En internet puedes encontrar muchos sex shops online que, como SexshopDreams, ponen a tu disposición un largo listado de juguetes eróticos de todo tipo al tiempo que, mediante su blog, te asesoran, al igual que hacemos aquí, sobre las prestaciones y las formas de uso de todos ellos.
Un consejo fundamental a tener en cuenta a la hora de elegir el primer juguete erótico es el de pensar que la sofisticación no tiene por qué ser un valor por sí misma. Muchas personas, a la hora de elegir el primer juguete sexual de su vida, quedan deslumbradas por el carácter sofisticado de un determinado sextoy y se inclinan por escogerlo para iniciarse en el uso de juguetes eróticos. Actuar de ese modo es un error, ya que no siempre los juguetes sexuales más sofisticados son los que nos van a hacer disfrutar más. Para elegir el primer juguete erótico no hay que fijarse tanto en la sofisticación del juguete en sí como en nuestros propios gustos personales. Conocer esos gustos (y conocer, también, los de la pareja si lo que vamos a intentar es introducir el uso de dicho juguete en nuestras relaciones íntimas con ella) es fundamental para atinar a la hora de elegir el primer juguete erótico.
La importancia de lo personal
Las circunstancias personales también influyen a la hora de escoger un primer juguete sexual. Si una joven vive con sus padres, lo más “normal” es que opte preferentemente por comprar un juguete erótico discreto en lugar de un dildo o un vibrado tamaño XL. Siempre será más factible que un vibrador con forma y tamaño de un pintalabios escape al ojo escrutador y avizor de una madre a que lo haga una réplica con vibración del pene de Nacho Vidal.
Otro factor que, por ejemplo, debería tener en cuenta una chica que vaya a elegir su primer juguete erótico es si la chica en cuestión es virgen o no. Muy probablemente, un dildo destinado a la penetración no sea lo más recomendable, de buenas a primeras, para una compradora este tipo. Seguramente, para la chica o la mujer virgen que desea elegir el primer juguete erótico sea mucho más útil y, sobre todo, satisfactorio y placentero, un juguete diseñado especialmente para la estimulación genital externa. En estos casos, los estimuladores o succionadores de clítoris o los juguetes destinados a estimular la parte externa de la vulva pueden ser mucho más efectivos que los siempre llamativos y en ocasiones escandalosamente grandes dildos.
La persona que va a escoger por vez primera un juguete sexual debe conocer también si padece algún tipo de alergia cutánea a alguno de los materiales con los que habitualmente están realizados los sextoys. Si se padece algún tipo de alergia a uno de esos materiales, hay que rechazar de inmediato aquellos juguetes que estén fabricados con él. Lo más recomendable es, siempre, escoger un primer juguete erótico que esté fabricado con materiales hipoalergénicos.
Finalmente, un aspecto a tener en cuenta cuando se va a escoger por vez primera un juguete sexual es si dicho juguete se va a destinar a uso personal o, por el contrario, se va a usar en pareja. Sin duda, la imaginación y la inventiva de un usuario o usuaria puede hacer que un juguete erótico sirva tanto para ser utilizado particularmente como para ser usado en pareja, pero hay sextoys diseñados y destinados precisamente a ese uso. Tenerlo en cuenta puede ayudarnos a escoger el primer juguete sexual de nuestra vida.