Jugando con el vibrador de dedo
Ha llegado el momento de apostar por lo sencillo. Que lo sea no quiere decir que no sea efectivo. Se desprecia demasiado el acto de masturbarse mutuamente, en pareja. Se asocia demasiado a la adolescencia y a una paja apresurada en el asiento trasero de un coche. Hay que pensar que masturbar a tu pareja es un acto eminentemente placentero y sólo por eso, por ser placentero, merece nuestro respeto y nuestro aplauso. Por eso hay que poner a trabajar a los dedos. Ellos te descubrirán qué teclas tocar en el organismo de tu pareja para hacerla gozar y para llevarla poco a poco a actos más complejos. Ellos serán tus mejores consejeros. Por otro lado, los dedos no son nada escandalosos. Pueden actuar en cualquier momento y en cualquier lugar. ¿No has masturbado nunca a tu pareja aprovechando la oscuridad del cine? La masturbación es una expresión sencilla y rápida de deseo. No necesitas alquilar habitaciones ni reservarte fines de semana o lugares solitarios en exceso.
Para proporcionar un placer como es debido (sí, la paja tiene también su arte) deber ser, ante todo, un buen estudiante. Y ser observador. No todo el mundo responde al mismo ritmo o movimiento. No siempre lo que funciona en una persona funciona en otra. Dependerá de ti el descubrir de qué manera le gusta ser tocada a tu pareja. Puedes comenzar con algunos trazos básicos que vamos a sugerirte, pero siempre deberás atender a las reacciones de tu compañero y estar preparado para modificar tu técnica para que ésta se adapte a sus necesidades.
Otro modo de aprender es atender exactamente a una demostración práctica de tu pareja. Observa de cerca cómo se toca tu pareja. Que te enseñe con el ejemplo. Que se masturbe ante ti. Y no te cortes a la hora de preguntar sobre la presión, la velocidad o el ritmo que deben tomar tus dedos cuando la toques. Siempre puedes colocar, mientras ella se masturba, tu mano sobre la suya. Haciéndolo, conseguirás no sólo aprender el modo más efectivo de proporcionarle placer. También conseguirás un momento de entrañable intimidad.
Puede ser que le guste, a pesar de todo, que utilices algún tipo de vibrador en su vagina mientras con tu diminuto vibrador de dedo estimulas convenientemente su clítoris. No dudes en invertir algo de dinero en ambas cosas. El placer que tu pareja sentirá no tiene precio y, muy probablemente, te será devuelto de manera multiplicada.
Añadir vibración a tu dedo puede ayudar si estás teniendo dificultades para que tu pareja llegue al clímax o si deseas introducir un nuevo elemento exótico a la masturbación habitual. Acostumbra a pasar que estamos tan acostumbrados a nuestros rituales masturbatorios que dejamos de lado innovaciones sencillas que podrían enriquecerlos y hacerlos más satisfactorios todavía.
Recomendaciones de uso
Ten en cuenta algunas de las pautas que te vamos a marcar a continuación. Cualquier movimiento hazlo con decisión, confiadamente, pero siempre con movimientos suaves. No temas aplicar mayor presión. Tu pareja se encargará de decirte si es excesiva. Tampoco mezcles demasiadas técnicas al mismo tiempo. Es preferible elegir una o dos y confiar en ellas. Si encuentras el ritmo correcto, ¿para qué cambiar? Seguramente la mujer querrá que mantengas ese ritmo hasta que se corra. Varía tus movimientos sólo si tu mano se cansa o estás intentando retardar el orgasmo de algún modo. Y recuerda, mujer: si estás masturbando a un hombre no se trata de “golpear” mientras agarras el pene ni de dar tirones. Eso sí, la mano debe permanecer firme ejecutando su movimiento, ése que llevará al hombre a verterse en una eyaculación placentera y aliviadora.
Si eres tú, hombre, quien va a masturbar a una mujer, piensa en varias cosas.
La primera de ella es lo que podríamos llamar el orden estimulatorio. La mayoría de las mujeres desean ser estimuladas por este orden: vulva, clítoris, vagina, punto G. También es posible que, cercana al clímax, la mujer desee una doble estimulación centrada en el clítoris y en el punto G.
Ten a mano su juguete preferido, ese vibrador al que, en sus horas de soledad, extrae su máximo partido, y ten junto a él el lubricante adecuado y una toalla.
Que ella adopte una posición cómoda. Tú colócate de modo que tus manos puedan adoptar el mismo ángulo que adoptarían las suyas si tuviera que masturbarse. Si vas a actuar con tus dos manos, siéntate entre sus piernas.
Agrega lubricante a tu vibrador de dedo y colócalo en tu dedo índice. Vierte un poco de lubricante en tus manos y frótalas, para calentarlo, antes de empezar a tocar.
Masajea su vulva con tus manos bien lubricadas, con la palma de la mano hacia abajo, sobre la vulva, y con los dedos apuntando entre sus piernas. Desliza lentamente la mano hacia su ombligo. Alterna las manos ahora, realizando los mismos movimientos, para que ella pueda sentir el vibrador sobre la vulva. Después de varios minutos, utiliza tus dedos para explorar los labios internos y externos de su coño. Prueba a tirar levemente de ellos, a golpearlos con los dedos, a frotarlos suavemente con ellos, a separarlos. Traza con tus dedos círculos alrededor de su vulva y hasta el perineo, rozando, en la parte superior de esos círculos, su clítoris. Presta atención a su respiración. ¿Se va acelerando poco a poco? La cosa va bien. Ha llegado la hora de centrarse en su clítoris.
Acaricia ahora el clítoris. Aplica primero el vibrador en el interior de los labios y, después, llévalo hacia el clítoris, sin presionar por el camino en exceso, con un movimiento decidido y fluido. ¿Está disfrutando tu pareja? Pues repite el movimiento. No es necesario que saques el capó del clítoris. Si lo haces, la sensibilidad del clítoris puede hacer que el efecto del vibrador de dedo sea demasiado intenso y, con ello, molesto para la mujer. Centra tus movimientos sobre el clítoris tapado, moviendo tu dedo hacia arriba y abajo, de un lado a otro y siguiendo un patrón circular. Alterna vibraciones de diferente intensidad, mantenla constante o alterna vibración y no vibración según lo desee tu pareja.
Explora la vagina. Con el dedo vibrador realiza movimientos circulares periódicamente alrededor del borde de la vagina. Introduce alguna vez un dedo dentro de ella. Déjalo quieto para que ella pueda disfrutar de esa sensación. Explora a continuación las paredes vaginales realizando una presión variable en el rozamiento de dichas paredes. Sigue acariciando su clítoris con la otra mano. De vez en cuando, intercambiadlas. Que tu dedo con vibrador salga a acariciar el clítoris y sean los dedos de la otra mano los que exploren su coño.
Juguetea alrededor del ano y por el perineo. Haz círculos por ellos. Detén tu dedo de tanto en tanto sobre su ano y aplica entonces algo de presión con tu vibrador.
No te detengas en estos movimientos. Sigue con ellos. ¿Ves la respiración de tu pareja acelerada? ¿Ves cómo se crispa su musculatura? ¿Sientes cómo se contrae y se dilata su vagina? Has cumplido bien con tu trabajo. Tus dedos han hecho lo que debían. Tu pareja se está corriendo y en su rostro se dibuja un gesto cachondo de placer y agradecimiento.