El espacio ideal para las meditaciones tántricas debe ser una especie de oasis de paz y tranquilidad alejado del resto del mundo y aislado de él. Este espacio puede ser una habitación o un rincón tranquilo, un espacio sagrado que sirva para transportar mente y espíritu lejos de la vida cotidiana y de sus preocupaciones. A crear ese espacio pueden ayudar los colores, los aromas, los tejidos lujosos y suaves… Todos esos elementos deben servir para crear el lugar más perfecto posible para tus encuentros más íntimos.
Cómo crear un espacio sagrado tántrico
Durante el proceso de la práctica del Tantra tus sentidos deberán estar en armonía con el ambiente. El desorden puede distraerte. Por ello, un lugar limpio y tranquilo añadirá calidad al tiempo que puedas pasar con tu pareja y, al mismo tiempo, proporcionará un carácter ceremonial a vuestro encuentro.
Un espacio hermoso y tranquilo os ayudará, sin duda, en vuestras prácticas de meditación. Hay ambientes propicios para ello y ambientes que no lo son. Debéis prestar atención a los detalles que sirven para crear ese ambiente y convertirlo, gracias a ellos, en un lugar alejado del resto del mundo. Cuando os encontréis en vuestro espacio íntimo y personal os resultará mucho más fácil centraros el uno en el otro y, con ello, colmaros mutuamente de placer y alegría.
Lo ideal sería que pudieras dedicar una habitación en exclusiva para la práctica tántrica, pero también una esquina de una habitación determinada o un rincón de tu propio dormitorio pueden servir para el caso. Con una cuidadosa elección de los colores, las telas y los objetos rituales podrás crear un oasis de serenidad que os sirva de refugio al que escapar para disfrutar de vuestro tiempo en común. Merece la pena invertir en la ambientación de ese espacio. Si el ambiente, nada más entrar en él, resulta acogedor y agradable a la vista, es muy probable que las ganas de pasar tiempo en él se multipliquen exponencialmente.
Si no dispones de espacio en tu casa para crear un espacio tántrico, transforma algún rincón para crear un rincón de meditación. Una colcha, velas hermosas o una pared decorada de un modo determinado (quizás representando un culto tántrico) pueden servir para transformar tu habitación y convertirla en ese espacio de meditación que buscabas.
Espacio y sensualidad
El ritual tántrico y la meditación intentan (ya lo venimos viendo) aportar un sentido de lo sagrado al acto sexual. El entorno en el que te comprometas con tu pareja debe tener un aura de serenidad y armonía que lo definan. Eso os ayudará a relajaros y hará que os sentáis sensuales y predispuestos a una nueva experiencia de placer y unión.
Antes de empezar a crear y a utilizar tu espacio sagrado te aconsejamos que practiques un ritual que atraiga los buenos augurios hacia ese espacio. Para ello puedes inventar (o podéis inventar, mucho mejor si el espacio es creación de dos) vuestra propia ceremonia tántrica. Dejaos guiar por vuestra propia intuición y cread dicho ritual. Si no es así, siempre podréis recurrir al ritual que a continuación os mostramos.
- 1 Sentaos cómodamente el uno frente al otro y practicad el ritual namaste
- 2 Cerrad y realizad el canto universal “om” tres veces.
- 3 Manteneos en silencio e id tomando conciencia del modo en que vuestro cuerpo está en el espacio que lo rodea.
- 4 Abre tus ojos y mira la cara de tu amado. Miraos mutuamente y decid juntos: “ofrecemos nuestras meditaciones de conciencia superior; nuestro espacio puede ser bendecido”.
- 5 Levanta tus brazos por encima de ti. Siente cómo la energía llena tu cuerpo y entra en el especio. Inclínate hacia el suelo, con los brazos hacia adelante.
- 6 Finalizad con el ritual namaste.
Ritmo natural
Hay que aprender de la naturaleza para crear un espacio sagrado. Observa un jardín o pasea por el campo. Mira con qué suavidad juega la luz con las superficies. ¿Cuántas líneas rectas encuentras en la naturaleza? No encontrarás muchas. Pues así debe ser tu espacio tántrico. Suaviza los bordes y esquinas de la habitación, cubre los muebles con telas. Usa una luz suave y tenue para iluminar la habitación y recurre a la luz bailonga de las velas para crear sombras y disminuir la presencia de las líneas duras. Elige flores y plantas de interior para que la naturaleza invada ese espacio sagrado y para que atraiga las miradas y éstas puedan escapar de las líneas duras de muebles, techos y rincones.