Masturbación para los hombres
Cuando nos movemos en el universo tántrico, el auto-placer no es otra cosa que un camino que escoge uno mismo para abrir los canales de energía que tenemos en el cuerpo para que dicha energía fluya por ellos. Abriendo esos canales, seremos más conscientes de las sensaciones que tengamos y de la respuesta que nuestro cuerpo da al placer y al tacto. La activación de nuestros chakras hará que nos sintamos completamente vivos.
Activando el chakra raíz
Cuando un hombre estimula sus genitales está activando su chakra raíz y, al hacerlo, crea dentro de su organismo un flujo circular de energía. Esto puede llevarlo a un estado trascendental del ser en el que se siente plenamente integrado en el momento que esté viviendo, consciente completamente de cada sensación y de cada sentimiento. Esta práctica favorece la oxigenación de la sangre y, con ello, la inyección de una mayor cantidad de vitalidad a nuestro sistema corporal. Eso, claro, sin recalcar que, además, ese tiempo de auto-placer activará tu chakra raíz que, abierto, se volverá tremendamente activo. De rebote, aprenderás a conocer mucho mejor tu cuerpo y sus respuestas, lo que hará que disfrutes mucho más de tu vida en pareja, pues todo ese conocimiento adquirido revertirá en vuestro placer como amantes emparejados.
No es raro que los hombres adultos tiendan a avergonzarse de la masturbación. Esa vergüenza es, fundamentalmente, debida a todos los mensajes negativos que sobre la masturbación nos llegan desde la infancia. Estos mensajes, y el sentimiento de vergüenza que originan en el masturbador, hacen que se inhiba la respiración mientras se está practicando la misma, sofocando nuestros sonidos naturales. Esa constricción sobre uno mismo lastra el placer y puede lastrar, también, la capacidad de dar y recibir placer cuando se está practicando el acto sexual con alguien. Cuando te masturbes, déjate llevar. Haz sonidos, mueve tu cuerpo, deja que se exprese… Haciéndolo, disfrutarás plenamente de cada momento de ese ratito de auto-placer.
Control de la eyaculación
Lo normal es que el hombre acabe eyaculando tras su actividad masturbatoria. Se pierde semilla vital, sí; y al mismo tiempo, con la eyaculación, se produce un corte en el flujo de energía del que hablamos. Con la eyaculación finaliza el placer. Por eso es preferible que la eyaculación se retrase. Que no sea, en modo alguno, precoz. Para ello es importante para el amante conseguir un adiestrado control sobre la eyaculación. Gozará y hará gozar más aquel amante que consiga tener ese control.
Un ejercicio de auto-placer para hombres
Seguro que tú, hombre, tienes tu propia manera de masturbarte. Y que dominas ya esa manera a la perfección, lo que te proporciona un placer que te resulta muy atrayente. Aquí vamos a proporcionarte un ritual de auto-placer, un medio para alcanzar tu pleno potencial orgásmico, una práctica que tiene mucho de viaje emocional y físico a un tiempo. Un ejercicio como el que te proponemos, si se lleva a cabo con regularidad, se hará cada vez más placentero y gratificante.
Colócate en primer lugar en una postura cómoda. Debes sentirte a gusto. Puedes hacer servir una música enérgica para que te acompañe en tu práctica. Toca ahora tu pelvis, presiónala, siente cómo se ablandan y amplían los huesos de tus caderas.
Toca ahora tu pene (lingam) y testículos lenta y sensualmente. Procura que esta caricia que te dedicas a ti mismo no sea una caricia ritual y mecánica. Masajea de tanto en tanto tu abdomen. También tu barriga.
Permítete todo tipo de sonidos. Gime, jadea o ruge si ése es tu deseo. No te cohíbas.
Ondula tu columna vertebral. Esto permitirá a tu energía sexual encaramarse a tu plexo solar. Muévete espontáneamente. No importa si estás tocando o no tus genitales en este momento. Que tus manos viajen hacia donde ellas lo deseen.
Deja que tu corazón se abra con la fuerza que le está dando el aumento del calor sexual. Ajusta la relación entre sexo y corazón. Que se fundan en un único latido y en un único deseo. Piensa que vas a vivir un orgasmo del corazón. Disfruta de la intensidad de tu placer.
Sé libre y expresivo. Grita o ríe si así lo deseas y así te lo pide el cuerpo.
Imagina que estás penetrando el universo, que estás haciendo el amor con una vagina inmensa y planetaria. Piérdete por los caminos de tu propia lujuria. Déjate llevar por tu deseo. Deja que esa inmensa y cálida vagina te devore.
La eyaculación es irrelevante. Lo importante ha sido tu energía sexual. Ella te ha desbordado, llevándote, como un torrente, hacia territorios que nunca habías pisado. Fúndete con el éxtasis de ese orgasmo, y deja que las olas del mismo te inunden por completo.