El acto sexual Tántrico
A diferencia de las muchas, maravillosas y exóticas posiciones del Kama Sutra, el Tantra utiliza sólo unas simples posturas eróticas debido a que el objetivo del mismo es canalizar la energía de los genitales en lugar de simplemente disfrutar de las sensaciones placenteras que el sexo da.
El acto sexual tántrico es algo muy especial y muy gratificante, aunque puede ser bastante exigente. No todo el mundo quiere o necesita que su experiencia sexual siga el intenso camino señalado por el Tantra o no, al menos, en todas las ocasiones en que quiera disfrutar del sexo. Vatsyayana, por ejemplo, no intentó, al describir las posturas que aparecen en su Kama Sutra, elevar la conciencia espiritual de la pareja. Sus textos se orientaban más bien hacia la consecución del placer físico y hacia el alcance de la armonía social. Tú puedes probar las exóticas posturas del Kama Sutra sin hacer que el Tantra intervenga en ellas o, por el contrario, puedes hacer que éste intervenga en algunas de esas posiciones, si no en todas. El Tantra intenta que tú y tu pareja no sólo folléis de otra manera, sino también que las enseñanzas que consigáis interiorizar os permitan vivir, también, de otra manera. Por lo tanto, cuando hablamos de Tantra no estamos hablando de lo que hacemos (el sexo) sino de cómo lo hacemos. Ese cómo será lo que permita el salto del sexo ordinario al súper-sexo.
Una de las principales y míticas diferencias entre el sexo ordinario y el sexo tántrico es que en éste último, ambos socios son capaces de experimentar múltiples orgasmos seguidos sin que se llegue a eyacular. El objetivo de que el hombre pueda conseguir varios orgasmos seguidos no es sólo el de aumentar el placer de su pareja o el de poder hacer el amor durante más tiempo seguido. Esos objetivos no son desdeñables, desde luego; pero el objetivo primordial del sexo tántrico es convertir el orgasmo en algo que no sólo afecte a los genitales, sino que se convierta en una especie de ola que recorra el cuerpo entero. Naturalmente, las mujeres pueden experimentar múltiples orgasmos. Y también los hombres. Evitando ese dejarse ir de la eyaculación se pueden conseguir sensaciones más fuertes y potentes en todo el cuerpo.
La respiración tántrica puede ayudar a activar y equilibrar los puntos de energía de los chakras. La energía generada por la actividad sexual permite que los chakras se vayan activando o lo largo de la columna vertebral. Para conseguir eso hay que invertir tiempo y sentido de la disciplina. Los efectos son maravillosos pero el camino no es sencillo. Para empezar, tendrás que replantearte tu actitud hacia el sexo y tus objetivos en el acto sexual.
Sé muy consciente del circuito de energía que formas junto a tu pareja. Pon las palmas de tus manos a pocos centímetros de distancia de tu pareja, sobre el segundo chakra (dos dedos por debajo del ombligo) y siente el movimiento de la energía. Este movimiento puedes sentirlo como calor, como vibración o como un suave movimiento en espiral. Puedes probar este simple ejercicio en cada uno de los chakras de tu pareja. ¿Sientes esa energía? Pues piensa que esa energía es sólo una pequeña muestra de ese caudal energético que va a inundarte durante el coito. ¿A que te vienen ganas de hacerlo?
Posturas tántricas
Las posturas tántricas a la hora de hacer el amor tienen una finalidad primordial: conseguir que la energía sexual fluya por los cuerpos y el control sobre los mismos se haga más efectivo. Por dicho motivo, en el sexo tántrico las posturas son básicas y sencillas.
Las posturas tántricas más comunes serían las que a continuación vamos a detallarte.
- La postura de Shiva sería aquella que conocemos normalmente con el nombre de el misionero.
- En la postura de Shakti, la mujer se coloca sobre el hombre, en la parte superior, adquiriendo así el control de la mayor parte de los movimientos efectuados por la pareja durante el coito.
- Cuando el hombre y la mujer se sientan y se miran frente a frente (la mujer está en el regazo del hombre), la postura recibe el nombre de “postura de leche y agua“. Sobre esta postura puede crearse una variante en la que la mujer se reclina, se echa hacia atrás, coloca los pies en tierra y permite que el hombre se arrodille entre sus muslos.
Éstas que hemos señalado serían las posturas básicas del sexo tántrico. Elige entre ellas una o dos, las que mejor se adapten a tus necesidades y en las que puedas permanecer tal vez durante un largo período de tiempo, sin esfuerzo ni molestia. Los practicantes del Tantra, los más habituados, sugieren que su experiencia les permite afirmar que se deben tomar entre 30 y 60 minutos para que notes los beneficios del Tantra. También sostienen que esta práctica requiere habilidad y esfuerzo, pero recalcan el hecho de que dicho esfuerzo merezca la pena. Una vez aprendidas las técnicas del Tantra, éste puede (y de hecho lo hace) revolucionar tu vida. Esa revolución parte de la importancia capital del hecho de compartir. Los ejercicios y rituales que vamos describiendo se deben realizar en pareja. Ese acto común estrecha lazos y te permite una relación más honesta y sincera.