Despertando los puntos de energía
El masaje que vamos a proponerte a continuación es un masaje especialmente creado para despertar los chakras. Este masaje es una fuente de felicidad tanto para el que lo da como para el que lo recibe. Como dador, puedes despertar los chakras de tu pareja con un simple movimiento circular de tu mano. Podéis escoger el orden de turnos o podéis dedicar una sesión a cada uno en particular. Eso dependerá de vosotros, de vuestros pactos y vuestras decisiones.
Una vez concluido el masaje, notaréis cómo vuestros chakras, activados y vivos, os conducen muy bien al acto sexual y os predisponen para él.
Antes de comenzar el masaje, aseguraos de que la habitación esté caliente y coloca una manta al alcance de la mano de tu pareja, si ella así lo desea. Los aceites debes tenerlos a mano. Es importante que estén cálidos, que en ningún momento tu pareja pueda sentirlos fríos sobre su piel.
Buscad una mezcla aromática que os estimule y dinamice. No se trata de relajarse hasta dormirse. Se trata de estimular los chakras y hacer que despierten. ¿Qué aromas son vuestros preferidos? Pensad que, al preparar vuestra propia mezcla, concedéis a este acto un carácter de ritual que lo hace ser especial. Os aconsejamos utilizar el limón, el cedro o el sándalo para aromatizar el aceite de masaje de vuestra pareja masculina. La rosa, el neroli o el jazmín, por su parte, servirán para preparar el aroma femenino.
Una vez preparado el aroma que el hombre, desnudo, se coloque un cojín bajo la cabeza. La comodidad es, lógicamente, importante. Ella permitirá un mayor relax y, al mismo tiempo, favorecerá que los chakras encuentren menos obstáculos para despertarse y activarse.
Los siete chakras
La mujer debe poner ahora aceite en sus dedos y, lentamente y en el sentido de las agujas del reloj, aplicarlo a su primer chakra, situado en la línea de inicio del vello púbico, sobre el hueso púbico. Ese masaje de esa zona debe realizarse durante dos o tres minutos.
El segundo chakra, situado entre el ombligo y la línea del vello púbico, es el siguiente chakra que debe ser tratado como el anterior.
Tras cada masaje en cada chakra podéis comprobar que, apoyando la mano en esa zona que habéis masajeado, sentiréis la energía creciente como una especie de calor en ascenso.
El tercer chakra se sitúa entre el ombligo y el fin del esternón.
El cuarto está en el centro del pecho, entre los pezones. Este es un chakra especial ya que es el chakra corazón, especialmente íntimo tanto para dar como para recibir.
El quinto chakra se halla bajo la nuez de Adán, en el cuello. Aquí debe acariciarse muy levemente y con mucho cuidado. Ese cuidado debe tenerse también al dejar que las manos reposen comprobando el crecimiento de esa energía que se libera al despertar un chakra.
El sexto chakra se sitúa, ya, en el centro de la frente. Este chakra es el comúnmente conocido como “tercer ojo”. Aquí, en lugar de círculos, el movimiento que debe realizarse es un movimiento vertical, entre las cejas y hasta la línea de inicio del cabello. Este movimiento deber ser, como todos, un movimiento suave, una especie de barrido.
Posiblemente los dedos de la persona que realiza el masaje se encuentren ya, en este punto, secos. No importa. Para masajear el séptimo chakra no necesitáis aceite. Dibuja una línea imaginaria
desde la parte superior de las orejas. Esa línea debe rodear la cabeza por su parte superior. Imagina el dibujo trazado por esta línea como si fuera la esfera de un reloj. Masajea ligeramente siguiendo el sentido de las agujas de ese reloj imaginario en el que has convertido la cabeza de tu pareja. El chakra que aquí irá despertando, el séptimo y último, permitirá que tu pareja contacte con el universo y, así, las energías de uno y otro, la de tu pareja y la del universo, se fundirán.
Coloca ahora tus manos suavemente, una sobre el chakra base y otro sobre el séptimo chakra. Este gesto permitirá que se unan cielo y tierra, sexo y espíritu. Haz que tu pareja sea consciente y que tus manos sientan como la energía fluye creando una corriente que va hacia arriba y hacia abajo por el canal central del cuerpo.
Realizado el masaje, deja a tu pareja la oportunidad de relajarse y descansar tranquilamente y que pueda gozar de la felicidad que le has proporcionado.
Intercambiad ahora los papeles. Una vez finalizado el masaje para ambos, recrearos en el acto sexual, si ése es vuestro deseo.