Juguete erótico para cunnilingus
Para ser un buen amante hay que aprobar varias asignaturas. La del sexo oral es una de las más importantes. Sabemos que sabes disfrutar y hacer disfrutar de mil y una posturas, aprendidas del Kama Sutra o no. Sabemos que sabes masturbar a tu pareja a las mil maravillas, pero… ¿qué tal se te da el cunnilingus? ¿Qué tal devoras los genitales de tu pareja? ¿Sabes extraer de sus entrañas el más íntimo de sus jugos? ¿Te embriagas con ellos a menudo?
El sexo oral es un muy regalo especial para la pareja. Íntimo y un poquito gamberro, hay que saber de antemano que a la mujer le gusta tanto que le coman bien comidos sus genitales como el hombre disfruta cuando le realizan una buena felación. Si tú adquieres la habilidad suficiente como para realizar un cunnilingus con todas las de la ley, tu pareja lo agradecerá premiando a tu boca con el flujo más ardiente de sus orgasmos.
Probablemente todo esto ya lo sepas. Seguramente ya serás un entusiasta del sexo oral. Si es así, esperamos que encuentres aquí alguna idea fresca y nueva para renovar tu repertorio como experto comedor de coños. Si no es así y eres nuevo en estas lides, tómatelo con paciencia y no tengas prisas. Menos todavía si tu pareja nunca ha gozado de la maravillosa experiencia del cunnilingus. La ansiedad no es nueva y todo requiere su aprendizaje y, sobre todo, su experiencia.
Puede ser que tengas reparos porque no estés seguro de que vaya a gustarte el sabor de los flujos de tu pareja. Siempre recomendamos, en estos casos, un baño conjunto antes de entrar en faena. También puedes aplicar un lubricante con sabor a sus órganos genitales o colocarte un condón cortado en la lengua para que haga de barrera entre ella y la vulva de tu pareja. También se venden barreras de látex que suelen utilizarse en el beso negro. Indudablemente, creemos que esta última opción añade un algo de frialdad y anti-naturalidad al cunnilingus, pero lo importante es que tú te sientas cómodo y sepas disfrutar del momento.
Puede ser también que la ansiedad te haga pensar que no vas a encontrar el clítoris de tu pareja. Quítate esa idea de la cabeza. Si no lo encuentras con la lengua, ayúdate del dedo. El clítoris está ahí, seguramente inflamado de deseo, esperando tu caricia y tu estímulo.
Otro de los temores habituales en los novatos del cunnilingus radica en pensar que su lengua va a cansarse antes de que su pareja llegue al orgasmo. Para evitar ese cansancio de la lengua es importante ir alternando los trazos que se realizan con ella, los movimientos y el modo de actuar. Se pueden intercalar besos. Se puede actuar con los labios. Puedes servirte de tus dedos para que la estimulación no cese mientras tu lengua se toma un descanso. No te preocupes. Llegará el momento en que ella se corra.
Cunnilingus creativo
Una vez que te hayas quitado esos miedos de encima estarás capacitado para que tu técnica para realizar el cunnilingus empiece a mejorar. Para ello, vamos a proponerte que te ayudes de un vibrador para estimulación de punto G.
Es importante que lo tengas cerca de ti (y con las pilas cargadas) cuando empieces a saborear los cálidos labios vaginales de tu pareja. Antes de eso, estimúlala con diversos besos por todo su cuerpo. Besarle las tetas o mordisquear el lóbulo de sus orejas pueden ser buenas maneras de conseguir que la vagina de tu pareja empiece a humedecerse y que su cadera empiece a moverse solicitando algún contacto en sus llameantes genitales. Así, cuando tus labios lleguen a sus partes más íntimas, las encontrarán perfectamente lubricadas. Cuando eso suceda, asegúrate de que llegas perfectamente afeitado. El papel de lija de tu barba, actuando sobre el interior de sus muslos, puede no ser la sensación más agradable que tu pareja espera sentir en esa zona tan íntima.
Ella puede estar tumbada o reclinada con las rodillas dobladas y las piernas extendidas. Tú puedes acostarte sobre tu estómago, con tu cabeza sobre su vulva, con los brazos enganchados bajo sus muslos. Es posible que para ambos resulte más cómodo colocar una almohada o dos bajo sus glúteos para, así, elevar un poco su pelvis.
Una vez colocada así, ante tus ojos se desplegará un maravilloso manjar. Sírvete de los dedos para reconocerlo bien. Haz un curso acelerado de anatomía femenina y distingue su clítoris, sus labios vaginales internos y externos, su monte de Venus, su vagina, el perineo y el ano. Piensa que tu objetivo principal será estimular su clítoris, pero no hay que olvidar al resto de la anatomía genital.
Una vez que lleves tus labios hacia los genitales recuerda una cosa: la mayor parte de las mujeres tiene un clítoris muy sensible. Por eso no hay que atacarlo como quien va a comer una pieza de fruta. Piensa que vas a comer un helado de cucurucho. Aplana tu lengua y recorre lentamente sus labios internos y externos, su vulva entera y el clítoris generando una buena cantidad de saliva. La saliva le sienta fenomenal al cunnilingus.
¿Sabes cómo estimular su clítoris? Puede ser que ella prefiera un movimiento circular. O puede ser que prefiera que dicho movimiento sea ascendente y descendente. Quizás prefiere que el movimiento sea lateral, de un lado a otro. Experimenta y, si no lo tienes claro, pregúntale sin miedo. En general, las mujeres suelen desear movimientos repetitivos y firmes. Los lengüeteos rápidos contra el clítoris pueden resultar irritantes, por eso recomendamos no realizarlos.
Coge su clítoris con la boca y chúpalo suavemente. Chupa y mordisquea sus labios. Mete de vez en cuando tu lengua en su vagina.
Cuando sientas que está bien excitada, echa mano al juguete. Coge el vibrador para estimulación de punto G, añade lubricante e introdúcelo suavemente en su vagina, con la curva del juguete apuntando hacia su vientre. Pon en marcha el vibrador. Puede que ella sienta que es demasiado molesto. Si es así, apágalo y usa el vibrador como si fuera un consolador. Muévelo dentro de ella, con movimientos cortos pero firmes. Una vez hayas cogido el ritmo, mantenlo mientras con tu boca estimulas su clítoris. Si crees que ya va a soportar la vibración y no le va a resultar molesta, activa el vibrador.
Como te hemos dicho, lo que acostumbra a llevar a las mujeres hasta el orgasmo es la estimulación constante. Las señales de que el orgasmo se acerca serán claras. Sus gemidos serán más y más intensos, su pelvis presionará sobre tu cabeza, su cuerpo se arqueará y sus manos, muy probablemente, agarrarán tu cabeza. Cuando el orgasmo llegue, ella te pedirá que pares. Hazlo, pero no saques el consolador de dentro de ella. Cuando hayan pasado unos segundos, pregúntale si quiere más. Puede ser que sí. Hay mujeres que pueden llegar rápidamente al segundo orgasmo si mantienes una estimulación constante.