Sexo lúdico
Suele decirse que al sexo hay que ir como los niños van al parque: a jugar y a pasarlo bien. Nada más lúdico que el sexo. Nada más gozoso que practicarlo escapando a la rutina. El sexo está hecho para inventar y reinventarse. Para explorar territorios ignotos. Para incorporar nuevos juguetes que intensifiquen nuestras sensaciones y para ir tachando páginas del Kama Sutra como quien, vividas, va arrancando páginas al calendario.
El Kama Sutra (lo vemos en la sección que en esta web le tenemos dedicada en exclusiva) es casi un pozo sin fondo. El Kama Sutra nos propone posturas de todo tipo. Algunas, de fácil realización; otras, más complejas; algunas parecen hechas para ser practicadas única y exclusivamente por gimnastas en perfecto estado de salud, fuertes y flexibles. Por suerte, la industria del juguete erótico piensa continuamente en nuestros sueños, en nuestras necesidades, en las fantasías que siempre hemos deseado hacer realidad. Por ejemplo: hacer el amor de pie. Y para que cumplamos ese sueño sin tener que apuntarnos al gym ni buscar un hueco en nuestro horario para rendir pleitesía a la pesa o la mancuerna, la industria del juguete erótico ha creado el columpio erótico. El columpio erótico nos permitirá penetrar cómodamente a nuestra pareja sin tener que hacer un esfuerzo sobrehumano con los brazos. Ella, suspendida en un columpio erótico, nos recibirá sin tener que estar pendiente de si nuestros brazos desfallecen y ella va a dar con sus huesos en tierra.
A la hora de comprar un columpio sexual podemos optar por dos tipos de columpios sexuales, uno más provisional, otro más destinado a aquellas personas que, más allá de la simple experimentación, desean convertir el columpio erótico en un instrumento que forme parte de manera habitual de sus prácticas eróticas. El primero suele colocarse de manera temporal sobre las puertas; el segundo se acostumbra a anclar en el techo.
Sin duda, será en un espacio especialmente dedicado al placer y al juego sexual donde se deberá anclar del techo el columpio erótico. A la hora de escoger entre un tipo de columpio erótico u otro hay que tener en cuenta que el columpio que se ancla al techo permite la realización de muchas más posturas eróticas que las que permite el columpio que se cuelga de la puerta. Este tipo de columpio, de hecho, permite muy poca variedad de posturas. El columpio sexual que está colgado del techo, por su parte, permite, por ejemplo, que la mujer adopte, suspendida, la postura del perrito, lo que permitiría a la pareja disfrutar de una excitante e intensa sesión de sexo anal.
Sea cual sea la postura que la mujer adopte en el columpio erótico, el requisito que debe cumplirse es que sus genitales queden convenientemente expuestos para que la pareja de la misma pueda estimularlos de una manera cómoda y, en su caso, se pueda introducir en ellos. La exposición de la vagina no sólo permitiría una sensual penetración, también permitiría un cunnilingus diferente.
Los columpios eróticos no sólo nos sirven para ejecutar más o menos arriesgadas o dificultosas posturas eróticas. También sirven para dar a nuestros juegos eróticos un aire BDSM o para ampliar las posibilidades argumentales de nuestros juegos de rol.
Seguridad
Los columpios sexuales suelen estar realizados con piel, nylon acolchado o cualquier tipo de material que imite de alguna manera al cuero o la piel y suelen constar de tres correas. La primera de ellas sujeta la zona de la columna vertebral; la segunda sirve para sujetar la zona lumbar y la tercera se utiliza para sostener las piernas. Existen algunos modelos sofisticados y abiertamente orientados a la práctica del BDSM que poseen, además, correas destinadas a atar tobillos y muñecas.
Si algo debe exigirse a los columpios sexuales (como a todo tipo de juguete erótico) es que sean seguros. Que estén bien anclados al techo y que las correas del mismo sean cómodas y suaves son dos requisitos imprescindibles que debemos exigir a un columpio erótico antes de usarlo. Si deseamos que la práctica sexual sea placentera, debemos evitar al máximo que la persona suspendida sufra algún tipo de rozadura o herida en la piel. En este sentido, las correas forradas de neopreno ofrecen muy buenas prestaciones. Algo que debemos saber, también, antes de suspendernos o suspender a nuestra pareja de un columpio sexual es el peso máximo que soporta dicho columpio. Habitualmente, el peso máximo que soportan los columpios que se ofertan en el mercado es de entre 160 y 180 kg.