Existe la idea, muy extendida en la sociedad, de que los arneses con dildo incorporado son unos juguetes eróticos diseñados única y exclusivamente para el goce de lesbianas. Esta idea es tan reduccionista como la que pudiera considerar las relaciones sexuales en el seno de las parejas heterosexuales como algo reducido a la postura del misionero y poco más.
Si bien es cierto que consoladores y arneses fueron diseñados originalmente para que las lesbianas pudiesen simular relaciones sexuales vaginales equiparables a las mantenidas por las parejas heterosexuales, no hay que olvidar que, al igual que todos los verdaderamente grandes e importantes juguetes sexuales, estos juguetes con los que vamos a disfrutar hoy están creados para ser gozados por igual por hombres y mujeres. De hecho, los consoladores han adquirido una enorme popularidad entre las parejas heterosexuales durante la última década y ya no resulta tan extraño pensar en una mujer que, sirviéndose de un arnés con un dildo incorporado, penetra a su marido o a su novio en el transcurso de sus prácticas sexuales.
Los hombres, o una importante cantidad de ellos al menos, han ido encontrando interesante la penetración anal (el ser penetrados analmente, se entiende) por diversos motivos. El hecho de que sea un acto muy íntimo de la pareja, el que ofrezca exquisitas posibilidades de estimulación prostática o el que permita experimentar, directamente, la emoción de la penetración, hacen que esta práctica vaya venciendo reticencias fundamentalmente culturales y ganando adeptos entre el género masculino. Para las mujeres, por su parte, este intercambio de los papeles tradicionalmente otorgados a hombre y mujer, es un estímulo que acaba enriqueciendo su vida sexual, algo que, después de todo, nunca está de más.
Lubricación y relajación
Si eres nuevo en el juego anal debes saber que hay tres factores fundamentales para gozar convenientemente del sexo anal. Esos tres factores son comunicación, lubricación y relajación.
Aunque seas la pareja receptora debes tomar conciencia de que tú te encuentras al mando de la acción. Tú la comandas. Tú eres quien desea ser penetrado, tú quien se lo comunicas a tu pareja y tú quien da las indicaciones oportunas para que ella pueda ajustar sus movimientos en consecuencia. En este aspecto, ya te lo hemos indicado, la comunicación debe fluir sin problemas ni trabas, y debe actualizarse a menudo. Esto quiere decir que, a lo largo de todo el acto de la penetración y mientras ésta dura, no está de más preguntar e informar sobre si todo se va desarrollando correctamente, sobre si aparece dolor o no, etc.
Para que este dolor no aparezca, es importante mantener lubricado el ano. El ano, al contrario que la vagina, no se autolubrica, por lo que es importante aplicar un lubricante especial e irlo renovando de manera más o menos constante.
Relajar el esfínter es, lógicamente, muy importante. Cuanto más se relaje, más fácilmente penetrará el consolador y existirán menos posibilidades de que pueda resultar molesto o doloroso. La paciencia y el humor serán importantes para que todo salga bien. Después de todo, esa paciencia y ese sentido del humor deberían existir siempre que nos iniciamos en una nueva técnica sexual. Todo aprendizaje se basa en la prueba y el error. Debemos asumir y encajar esa posibilidad de error y no desesperar ni abandonar el intento a la primera. Después de todo, el placer a ganar debería ser un estímulo suficiente para persistir.
Para iniciarte en la práctica del sexo anal con un arnés con dildo debes escoger un dildo de silicona con una cabeza más pequeña de lo habitual para facilitar su entrada en el ano y una base que será la que, emplazada en el arnés, se situará sobre los genitales de tu pareja, presionando directamente en su clítoris. Al mismo tiempo, el dildo tendrá un núcleo hueco en el que podrá adaptarse una bala vibradora. Esto permitirá que tanto tú como tu pareja podáis disfrutar de esas vibraciones, tú en el interior de tu culo, ella sobre su clítoris.
Si no deseas este tipo de juguete, puedes optar, libre y lógicamente, por algún otro tipo de juguete. Puede servirte un consolador o un plug anal con la base acampanada y que sea bastante firme. No hay nada más decepcionante que sentir cómo la débil goma se curva al topar el juguete erótico de turno con su primera resistencia.
Si estás preocupado por el tamaño, elige un dildo delgado para iniciarte en estos juegos. En cuanto al arnés, busca uno que pueda ajustarse perfectamente para, así, poder jugar cómodamente, sin temer desplazamiento alguno. Una vez escogido todo esto, ha llegado el momento de que tu pareja se convierta en la parte activa y entre en acción.