Deformidades del pene
Pocas cosas son consideradas por el hombre tan importantes en su anatomía como lo es el pene. El pene, para el hombre, no es sólo parte de sus órganos reproductores. El pene es, en parte, el puntal de su autoestima. El hombre se obsesiona con el tamaño de su pene. No importa las veces que se le diga que no importa. El hombre siempre piensa que quien le dice eso lo hace sólo como resultado de un impulso caritativo. Por no angustiar. Pero él, en el fondo, en el fondo, sabe que el tamaño sí importa. O, al menos, que importa más de lo que se suele decir. Por eso el hombre contempla su pene con lupa. Por eso lo examina como si en él pudiera leerse el futuro. Y por eso se espanta ante la aparición de cualquier tipo de anomalía.
Antes de que todos nos dejemos llevar por la angustia y corramos espantados a mirarnos y remirarnos el pene hay que decir que las anomalías en el pene tienen arreglo. Por eso, aunque hay que prestarles la atención debida, hay que desdramatizar la aparición de cualquier tipo de anomalía en tan preciado órgano. ¿Qué anomalías son ésas? ¿Cuáles son las más importantes?
Enfermedad de Peyronie
La llamada enfermedad de Peyronie es una de las anomalías del pene más comunes. Las estadísticas afirman que el 8% de los hombres de entre 40 y 60 años la padece y de que el número de jóvenes que la sufre es cada vez mayor.
Ahora bien, ¿en qué consiste la enfermedad de Peyronie? Básicamente, en una curvatura exagerada del pene. Esa curvatura puede ser lateral o dorsal y se produce debido a la aparición de una fibrosis en la capa que rodea a los cuerpos cavernosos.
¿Cómo son las curvaturas provocadas por la enfermedad de Peyronie? Las curvaturas producidas por esta anomalía del pene pueden ser de varios tipos. En algunos casos, las curvaturas pueden ser del 90% (o incluso más), crear un estrechamiento en el centro del pene o pueden dar al mismo una apariencia de S.
Las curvaturas provocadas por la enfermedad de Peyronie pueden dar lugar a dificultades en las relaciones sexuales o, incluso, impedirlas. Si padeces esta enfermedad, no te preocupes en demasía. Es una enfermedad reversible. Para curarla basta con la realización de una sencilla cirugía.
Pene palmeado
Esta anomalía en el pene consiste en que la piel del escroto se extiende hasta la cara ventral del pene. Éste, así, parece salir del mismo escroto. Para reparar esta anomalía del pene es preciso recurrir a la cirugía. Ésta consiste en una incisión transversal del pliegue para, posteriormente, realizar una plastia en Z. Algo que puede sonar muy aparatoso pero que para un cirujano especializado en tratar los genitales masculinos resulta bastante sencillo.
Priapismo
Se conoce como priapismo a aquella anomalía del pene que consiste en la persistente erección del mismo. La erección provocada por el priapismo es una erección involuntaria, que no remite y que puede ser debida a diferentes causas. Entre las causas motivadoras del priapismo podemos encontrar las anemias, el estrés, el consumo de antidepresivos y, en algunos casos, un traumatismo en la zona genital.
Las erecciones debidas al priapismo pueden durar hasta cuatro horas y afectan a 1,5 hombres de cada 100.000.
Si se sufre una crisis de priapismo hay que acudir de inmediato al servicio de urgencias. Una prolongación excesiva de la erección puede acabar afectando al tejido de la erección, lo que derivaría, posiblemente, en una disfunción eréctil.
Una vez en el servicio de urgencias, los servicios médicos acostumbran a luchar contra esta anomalía en el pene empleando tres métodos: la aspiración de la sangre existente en los cuerpos cavernosos mediante un pinchazo a través del glande, la irrigación de unos fármacos específicos (fenilefrina, efedrina, epinefrina o norepinefrina) y, en casos de extrema gravedad, la cirugía para derivar el flujo de sangre.
Hipospadias y epispadias
Hay un tipo de anomalías en el pene que son congénitas (de nacimiento) y se caracterizan porque la apertura de la uretra no se encuentra en la punta del pene, sino en otra parte de él. Si la apertura de la uretra está en la parte superior del pene esta anomalía en el pene recibe el nombre de epispadias. Si, por el contrario, está en la parte inferior, recibe el nombre de hipospadias. En algunos casos, el meato puede hallarse en el propio glande o incluso en la zona perineal.
En algunos casos, la hipospadia o la epispadia pueden contemplarse en alguna ecografía 4D prenatal o inmediatamente tras tener lugar el parto, cuando se realiza la primera revisión médica del bebé, en la que se comprueba si el bebé se encuentra o no en perfecto estado. El tratamiento de estas anomalías en el pene suele realizarse cuando el bebé tiene entre 6 meses y 2 años de edad. Es una cirugía relativamente sencilla, ambulatoria (el bebé no tiene que pasar la noche en el hospital). La cirugía para corregir esta anomalía en el pene consiste en tomar un trozo pequeño de prepucio o de otro tipo de tejido para, con él, crear un tubo que aumente la longitud de la uretra hasta que ella llegue a la punta del pene.